Escribió Racso: “Lo mejor del ser humano es su espíritu, su inteligencia, su sentimiento, su voluntad. Sin vida interior, los hombres serían autómatas incapaces de suscitar afectos ni de conquistar estimación. Lo que amamos en los seres queridos es lo que hacen y dicen, es su bondad, su talento, sus ideas, su moralidad. Físicamente, todos los cuerpos se parecen, pero la personalidad moral de cada ser es característica. La muerte destruye al hombre físico, no permitamos, con nuestro olvido, que aniquile al hombre moral. El olvido es la muerte irremediable”.
H.L.M.