Desde el 5 de noviembre del año pasado en que el cable anunció un descubrimiento asombroso en el Valle del Nilo, los arqueólogos no cesan de obtener nuevas maravillas. Si el descubrimiento es notabilísimo no solo por el valor de los objetos que vuelven a ver la luz después de milenios, lo es también porque constituirá un medio seguro de conocer cómo eran las costumbres de aquellos monarcas, los objetos que utilizaban, hasta qué punto habían llegado sus estudios en los más diversos ámbitos, así como aspectos de la vida cotidiana y de su religión.
H.L.M.