La Comisión Inspectora de Farmacias fue autorizada para llevar adelante su labor en los consultorios de los médicos chinos, la que fue hecha de una manera indebida, prepotente e insultante. Los médicos orientales protestaron judicialmente por estos atropellos y el asunto llegó a la Corte Suprema, que ha sentenciado “que la guerra que un grupo de médicos hace a los herbolarios chinos está inspirada no precisamente en el bien de la colectividad, sino en la defensa de sus intereses que consideran amenazados por la competencia”. Respaldamos esta decisión.
H.L.M.