Víctima de la incuria y de la falta de espíritu de solidaridad, la plaza Dos de Mayo ha visto trascurrir lustros y lustros sin que nadie haga algo por ella. Por suerte ha llegado el momento en que en torno del histórico y bello monumento se levanten construcciones modernas y también un barrio que sin duda será solicitado por nuestras clases sociales más altas. La persona que hará posible este ‘milagro’ es don Víctor Larco Herrera, quien para emprender estas obras no ha necesitado recurrir a ninguna sociedad ni préstamo bancario. Lima merece esta obra.
H.L.M.