La colonia francesa residente en el Perú, con buen gusto y generosidad, ha obsequiado a Lima, en conmemoración del centenario de la batalla de Ayacucho, una gigantesca antorcha de la libertad, que está próxima a salir de los talleres del gran escultor Pitou. Sumará su luz radiante a la grandiosidad de la próxima efemérides que no solo es del Perú, sino de América y del mundo. Para el centenario de la declaración de la independencia, como recordarán nuestros lectores, Francia envió una notable delegación presidida por el heroico general Mangin.
H.L.M.