Ricardo Uceda

Las diversas bancadas del Congreso se aprestan a elegir una nueva Mesa Directiva para un período propicio a cambios trascendentes. Si se aprueba la bicameralidad antes de fin de mes, en la próxima legislatura la decisión deberá confirmarse, lo que transformaría sustantivamente el Poder Legislativo. Por otra parte, en agosto se decidirá la suerte de la primera vicepresidenta, Dina Boluarte, quien ostenta un buen pronóstico de destitución. Ocurre lo mismo con el presidente Pedro Castillo. La diferencia política más importante en el Congreso, hoy por hoy, está entre quienes desean vacarlo y quienes prefieren mantenerlo hasta el límite de su resistencia. Esta contradicción, en última instancia, es la que definirá los alineamientos congresales.

Hace un año existía la misma divergencia. Solo que la pretensión vacadora se fundaba en la idea de que Perú Libre disolvería el Congreso para abrir paso a una asamblea constituyente. Ahora el propio Castillo se ha puesto fuera de la ley. Siendo posible vacarlo por vía constitucional, aún falta alcanzar dos tercios de los votos. La contradicción se vive dramáticamente en (AP). Aunque una Mesa Directiva se elige con voto secreto, no pasará oculta la actuación de esta bancada, que podría partirse en dos mitades, como una naranja cortada.

Las dos tendencias estaban desde el comienzo. En julio del 2021, cuando los parlamentarios recién electos de AP se reunieron para elegir a quien los representaría en la Mesa Directiva, la votación quedó 8 a 8, unos prefiriendo a y otros a Ilich López. Solo Alva y José Alberto Arriola eran de Lima. Siendo una bancada provinciana, era previsible su proclividad a las izquierdas, más marcada en quienes votaron por López, también apreciado por el clan Cerrón de Perú Libre, de Huancayo como él. Ninguno había sido parlamentario, pues ya regía el modelo vizcarrista antirreelección, aún defendido ahora por congresistas del Partido Morado. Un sector de ellos, sobre todo Carlos Zeballos, de Puno, estaba influido por Yonhy Lescano, el excandidato presidencial del partido, opuesto a la dirigencia tradicional de AP, a la que arbitrariamente calificó de “fujiaprista”. Tras ganar la representación de AP en segunda votación interna, Maricarmen Alva resultaría presidenta del Congreso. Yonhy Lescano se convertiría en asesor del vocero de la bancada, Carlos Zeballos. Esta dupla, llamada a hacerse fuerte dentro de la representación, quedó fuera de combate por un suceso imprevisto.

Zeballos despidió a una auxiliar para nombrar en su puesto a una persona de confianza de su asesor Lescano. La despedida, María de Belén Anaya, estaba embarazada. Protestó, con denuncia documentada ante la Comisión de Ética, y obtuvo respaldo más allá de la bancada. Diríase, con sorna, que el vocero quedó en una situación muy embarazosa, al punto que renunció al partido. Adujo motivos personales. Zeballos terminaría en un nuevo grupo, Perú Democrático, un satélite de Perú Libre, hacia donde también enrumbaron Lescano y su secretaria.

En adelante, Maricarmen Alva no podría hacerse con el liderazgo de su bancada. Ella percibía como amenaza mayor el cierre del Congreso, y por eso priorizó la recomposición del Tribunal Constitucional y el reajuste de las condiciones para la cuestión de confianza. Cuando se hizo evidente que el proceso degenerativo del gobierno de Castillo era irreversible, creyó que debía propiciarse la vacancia. Pero más de la mitad de su grupo estaba dispuesta a gobernar con Castillo. Aún no se conocía que varios se habían vendido. Con todo, Alva actuó con torpeza y se convirtió en blanco del oficialismo. Las diferencias políticas chocaron en diciembre, cuando Patricia Chirinos, de Avanza País, planteó la primera moción para vacar al presidente.

Maricarmen Alva defendió la vacancia en la interna, perdió, y AP votó en contra. Aunque la discusión terminó de posicionarla con el ala derecha del Congreso, hizo más evidente que había congresistas apegados al gobierno y renuentes a fiscalizar. Por entonces no había un ambiente propicio para destituir a Castillo, ni dentro ni fuera del Congreso. Mas en febrero del 2022 Karelim López declaró que un grupo de parlamentarios de AP, conocido como ‘Los Niños’ porque obedecían en todo al presidente, era parte de una mafia palaciega para beneficiarse con contrataciones públicas. Las revelaciones, que implicaban a Pedro Castillo, a sus ministros preferidos y a sus familiares, indujeron a una segunda moción de vacancia. Nuevamente Maricarmen Alva defendió la propuesta dentro de su grupo y perdió. Esta vez la bancada votó por la abstención.

Las revelaciones de Karelim López cayeron como un balde de agua fría sobre los identificados: Darwin Espinoza, de Áncash; Raúl Doroteo, de Ica; Ilich López, de Huancayo, Jorge Luis Flores, de Puno; Elvis Vergara, de Ucayali; Juan Carlos Mori, de Loreto. Aunque los desacreditó públicamente, no perdieron fuerza dentro de la bancada. Allí encontraron el apoyo de Marlene Portero, de Lambayeque, y Silvia Monteza, de Cajamarca, quienes aducen que no hay pruebas en su contra. Darwin Espinoza acrecentó sus críticas contra Maricarmen Alva por su posición favorable a la vacancia. Se hicieron más intensas cuando apareció un reportaje demostrativo de que el congresista había llevado irregularmente hasta Piura una camioneta del Congreso, donde terminó inservible, roto el monoblock del motor. Dio a entender que ella lo había filtrado. Espinoza declaró que Alva llamaba personalmente a los parlamentarios del partido para que la apoyaran en la vacancia, pues quería ser presidenta de la República. Al mismo tiempo, en el chat de los congresistas de la bancada, anunciaba pruebas definitivas, que podrían hasta hacer, decía, que perdiera su curul. Las intervenciones de Alva en el interior de su grupo fueron grabadas subrepticiamente y fragmentos alusivos a la vacancia resultaron luego divulgados.

En la disposición que abre investigación preliminar a ‘Los Niños’, del 5 de mayo, el entonces fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, les imputa haberse beneficiado con licitaciones fraudulentas ganadas por empresas chinas en sociedad con la peruana INIP, perteneciente a Alexander Aguilar, de 27 años, quien sería un testaferro. Espinoza y Doroteo son los más comprometidos. El primero, que preside la Comisión de Vivienda, habría obtenido cupos laborales en ese sector. El segundo recibió al supuesto suplantador en su oficina. Aguilar aún no habla. Otros dos que pueden aportar información, el exministro de Transportes y Comunicaciones Juan Silva, y el ex secretario presidencial Bruno Pacheco, están prófugos. Para que ‘Los Niños’ sean desaforados del Congreso, la fiscal de la Nación debe presentar un informe fundamentado. Mientras tanto, seguirán teniendo ocho votos dentro de la bancada de AP. Los restantes ocho son proclives a Maricarmen Alva.

La mayor opción para presidir el Congreso la tiene Lady Camones, de Alianza para el Progreso (APP), que lograría el apoyo de AP (sin ‘Los Niños’), Renovación Nacional, Avanza País y Fuerza Popular. Avanza País aún prefiere a Gladys Echaíz, exfiscal de la Nación y con mayor peso para el momento, aunque sin el apoyo del dueño de APP, César Acuña. ‘Los Niños’ no votarán por Camones, quien en una reunión privada –según un audio– calificó a Darwin Espinoza como cabecilla de una banda delincuencial: la bancada de AP. El sector de AP que apoya a Maricarmen Alva sí votaría por ella porque no se siente aludido. Sin embargo, no respaldaría a un candidato de APP si Acuña optara por Eduardo Salhuana, a quien consideran próximo al gobierno. Tampoco la derecha iría detrás de Salhuana, quien, en cambio, sería una figura casi paternal para ‘Los Niños’. Estos cruces probables, que no agotan todas las posibilidades, solo indican que la estabilidad de Castillo seguirá siendo el telón de fondo de las discusiones en el Congreso.

Ricardo Uceda es periodista