Otro gol de la gestión de Urresti. Esta semana la Policía Nacional, en pasmosa operación SWAT, capturó a un pavo que venía asolando desde hace tiempo los techos de la urbanización Trinidad, en el Cercado de Lima. Y no se trataba de cualquier pavo: era un abominable pavo real.
Como la Esfinge en Tebas y la Hidra en los alrededores del lago de Lerna, este monstruo alado tenía a los lugareños aterrorizados y, no bien caía la noche, los obligaba a recogerse, temblando, en sus moradas. “Hostilizaba a nuestras mascotas, se comía las plantas y arañaba las paredes”, cuenta un turbado vecino. Pero, para alivio de la ciudadanía toda, la mano firme del ministro del Interior supo poner coto a sus tropelías.
Para montar la operación, según ha trascendido, hizo falta retirar resguardo de la frontera con Bolivia y hasta distraer a la brigada que normalmente patrulla los teatros capitalinos y vigila el contenido de los escabrosos dramas que infestan sus escenarios. Pero la paz techera del Cercado bien valía el esfuerzo.
Ahora la teratológica criatura se encuentra ya tras las rejas en el Parque de las Leyendas, con tiempo suficiente para meditar sobre su proceder avieso. Y solo nos queda esperar que esta vez el Poder Judicial no eche por la borda el esmerado trabajo policial.