El caudal alanista, por Damita de Hierro
El caudal alanista, por Damita de Hierro
Redacción EC

El fin de semana pasado fue una fiesta. Se celebraba, en todas las plazas, campos y corazones del Perú, el cumpleaños del eterno Víctor Raúl. O, como los compañeros prefieren llamarlo, el Día de la Fraternidad.

El potencial candidato García aprovechó la fecha para manifestar, como sucede cada cantidad de tiempo, siempre suficiente, su deseo de que el Apra sea el siguiente en ocupar el gobierno. Por supuesto, el potencial candidato García, que no es mezquino, no perdió la oportunidad para recalcar que, cuando –cuando, sin duda– el Apra vuelva a llegar al gobierno, será no gracias a su talento, sino gracias al pueblo hermoso que lo habrá “llamado” con un “caudal de votos”.

Acto seguido, el potencial candidato –a quien siempre nos dio franco gusto llamar sin certeza doctor, aunque ahora haya quedado claro que efectivamente sí tiene un doctorado honoris causa en una universidad en Delhi– prosiguió a –no digamos hacer campaña, sino más bien– darse licencia para hacer crítica constructiva.

“Mejor gobierna una cabeza que dos”, manifestó el doctor y potencial candidato. Mientras que algunos leyeron en estas palabras un discreto guiño a la administración conyugal nacionalista, otros –como nosotros– lo consideramos como un augurio supremo: el doctor anunciaba la decisión de escuchar en adelante solo a la voz racional de su conciencia, olvidando esas pulsiones que, desde su corazón fragoroso, han dirigido su actuar más veces de las que nos gustaría recordar.