Continúan los éxitos del gobierno en la lucha contra la inseguridad ciudadana. Desde aquí, felicitamos al parsimonioso ministro del Interior, Daniel Urresti, por tomar una medida trascendental en la lucha contra la delincuencia: prohibir las lunas polarizadas. Ahora, las señoras podrán ir tranquilas al mercado, las familias podrán dejar solas sus casas sin miedo a encontrarlas vacías, y la extorsión a empresarios será solo un mal recuerdo. ¡Adiós, malvadas lunas polarizadas, su reino de terror ha llegado a su fin!
Para asegurar que la paz que ahora vivimos sea duradera, sugerimos al ministro algunas medidas complementarias que consoliden la seguridad ciudadana. Por ejemplo, se debería prohibir el uso de zapatillas en la vía pública, puesto que favorece los robos al paso y la posterior huida de los malhechores. Asimismo, deberían eliminarse de todas las esquinas los teléfonos públicos, para asegurar que las extorsiones no vuelvan a azotar a los emprendedores de la patria. Por último, la venta de máscaras debería ser regulada por el Estado para solo ser utilizadas en fiestas de carnavales previamente autorizadas; así, ante la ausencia de anonimato, muchos no se animarían a tomar el camino del hampa.
Estamos seguros de que el responsable del sector Interior está tomando nota de nuestros aportes técnicos. Sigamos colaborando todos para asegurar que la seguridad que hoy vivimos sea permanente. ¡Gracias, ministro Urresti!