Esta ha sido una semana de celebración para Lima y sus vecinos. Acostumbrados a pasar crisis económicas y crisis políticas, esta es la primera vez que tenemos una “crisis de éxito” (Guerra García dixit). Y es que nadie puede negar que la implementación del corredor azul ha sido un golazo de la gestión de Susana Villarán. Ello se debe básicamente a dos motivos:
1. Mayor seguridad. Uno de los principales problemas en el transporte público es el robo de celulares y billeteras. Pues con la línea azul, ¡eso es cosa del pasado! Gracias a las decenas de usuarios por bus, los ladrones no tienen el espacio suficiente para sustraer objetos de valor. Y si lo tienen, no podrán conseguir bajar del bus a tiempo, quedando atrapados en el mar de usuarios que ayudarán a evitar el robo.
2. Promoción de la salud. La OMS recomienda 30 minutos de ejercicio diario. Gracias a la ausencia de rutas alimentadoras adecuadas, los vecinos de Lima caminarán eso diariamente, beneficiando su estado físico. Incluso, podríamos encontrarnos ante una generación de nuevos ‘runners’, cuando ir al paradero implique pasar por zonas oscuras y poco vigiladas.
Como vemos, la implementación de este corredor solo trae cosas positivas para los limeños. La alcaldesa Susana Villarán debe continuar haciendo oídos sordos a las críticas minoritarias, e incluso animarse a cambiar la chalina verde por una chalina azul, para capitalizar electoralmente a los miles de usuarios satisfechos