Kléver Meléndez –el ex presidente regional de Cerro de Pasco investigado por corrupción– no tuvo un buen fin de semana. Esto se debe a que se publicaron imágenes en las que podemos ver a un modesto empresario reclamarle la devolución del regalo de S/.180 mil que le había ofrendado como agradecimiento, pongámoslo así, por la promesa de obtener un cachuelito (en este caso, una licitación) que al final no le fue otorgado. Malas voces ven aquí un poco amigable modus operandi que consistiría en pedir múltiples coimas por una misma obra. A pesar de que no queda claro que esto último sea cierto, de ser verdad tendríamos que afirmar que Kléver tiene una que otra cosa por aprender de ser una autoridad latinoamericana.
Por eso, desde aquí, le recomendamos a él y, de paso, a todos los alicaídos presidentes regionales emular a sus pares para que, si no con la ley, puedan al menos congraciarse con su amado pueblo. Podrían, por ejemplo, aprender el valor de compartir, como el ex presidente regional de Moquegua, quien tan en alto considera esto que decidió confesar públicamente que “lo que yo robé lo compartí con ustedes [...]. Y vamos a seguir trabajando para que la riqueza sea compartida con ustedes”. El valor de la mesura, igual de importante, se los podría enseñar un ex alcalde mexicano que acaba de asegurar que sí robo, pero “poquito porque está bien pobre, le di una rasuradita, nomás una rasuradita”. Y si eso no le convence, puede adaptar el ya clásico peruano –muestra de la importancia de compartir de forma mesurada– “nosotros matamos menos”, por un “nosotros robamos menos”; ahí sí que todo queda perdonado.