Azorado por una brutal crisis interna, Nicolás Maduro está dando grandes pasos para introducir la semilla de la innovación y la eficiencia en la burocracia venezolana. Esta estrategia –aunque de largo aliento– ya ha traído algunos buenos resultados, que si bien todavía no se han sentido en el agregado de los corazones venezolanos, han generado, como lo asegura el propio Maduro sin que lo dudemos, mucha felicidad en los verdaderos enemigos del imperio que, parecería, solo él sabe dónde encontrar.
Por dar un ejemplo no poco emblemático, recordemos lo bien que lo está haciendo María Gabriela Chávez, una de las hijas del inmortal aunque fallecido comandante. Sin experiencia diplomática, pero con más de un millón de ardientes seguidores en Twitter, María Gabriela está arrasando como representante permanente alterna de Venezuela en la ONU. Tómenos la palabra.
En el marco de esta estrategia, Marleny Contreras, esposa de Diosdado Cabello, presidente del Parlamento, ha sido designada ministra de Turismo. Por si su matrimonio no fuera pergamino suficiente para el nombramiento, sabemos además que ella se venía desempeñando como diputada oficialista, lo que en cristiano quiere decir que tiene amplia experiencia justificando por qué Venezuela es el mejor país de la Tierra. Por todo esto, sin duda, Contreras le dará vuelta a la situación venezolana.