Detenido en Bolivia, Martín Belaunde Lossio enfrenta finalmente el alto costo de ser un apóstol del cambio social. Porque, según nos ha notificado recientemente, a él se lo está persiguiendo por sus ideas; y estas –ahora lo sabemos– son de izquierda. “Yo soy socialista”, proclamó la semana pasada ante los medios, para luego precisar que quienes lo acosan buscan “negarle la posibilidad a gente que piensa diferente al capitalismo” y que “el modelo económico implantado en el Perú hace 30 años no funciona”.
Nace así una nueva síntesis criolla de las elucubraciones teóricas del marxismo que quizá no dé para “cuarta espada”, pero sí para navaja. Y a la que, en toda justicia, podemos bautizar como el ‘pensamiento Martín’.
Poco se sabe hasta el momento de esta revisión de las doctrinas revolucionarias, pero ha trascendido que, para distinguirse de Mariátegui, Belaunde Lossio no cultivaría los ensayos, sino los intentos; y que la riqueza, de acuerdo con sus postulados, en lugar de redistribuirla, habría que repartirla. La foto divulgada hace unos días en la que aparece con la señora Heredia, por último, no dejaría margen de duda de su identificación con el Pueblo (el de Santa Clara, se entiende). Pero, sobre todo, permitiría entender por qué ha dicho que si lo devuelven al Perú, teme por su vida: el nivel de esta, obviamente, ya no sería el mismo.