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Entretenidos en el combate del fascismo latino, hemos olvidado a las mayores víctimas de la gesta venezolana: las hijas del comandante Chávez, verdaderas mártires de la revolución. Ellas son las que más sufren, qué duda cabe, puesto que son las que más perderían si las huestes del terrorista López doblegaran la democracia popular. ¿Dejaría la ultraderecha que conserven todo aquello que su padre les procuró con sudor y lágrimas?
Los rumores en Twitter (la red social imperialista) a inicio de la semana indicaban que, con el dolor que significa para un miembro del linaje Chávez dejar la patria, se habían visto forzadas a tomar vacaciones prolongadas en Argentina. Y, por azares del destino, en una ciudad donde Cristina Kirchner tendría varias residencias. Estos rumores, sin duda parte de la campaña de desinformación de los poderes fácticos, han sido rápidamente desmentidos por los mismos voceros que antes estuvieron encargados de acallar las infamias que se decían sobre la salud de su padre.
Las Hijas de la Revolución no darán ni un paso atrás y se aferrarán a lo más preciado que tiene un socialista del siglo XXI: la tierra (en este caso, en forma de un feudo de 45 mil hectáreas). Y si por alguna artimaña ‘yankee’ neoimperialista llegasen a perder su chacra, tendrán al menos el consuelo –si es cierto lo que dice una ONG norteamericana– de poder usar el dinero que les dejó la revolución para hacerse de otro poco de patria (US$2 mil millones de patria para ser más exactos).
