El quechua castellanizado concho ‘sedimento, heces de un líquido' se arraigó en el castellano del Perú desde el siglo XVII, desplazando a sinónimos castizos como poso, heces y borra. Dice Alfredo Bryce: “Aquel mayo que este año [2008] cumple cuarenta años y que sin duda alguna removió los conchos de la civilización occidental, fue al mismo tiempo un movimiento internacionalista y utópico…” (Caretas, Lima 30/4/2008).