Esta curiosa frase de nuestra lengua familiar enumera inversamente ciertos disparos y su resultado porque lo lógico sería *cero balas, cero puntos. Pero la expresión está tan difundida entre nosotros que hasta se documenta en un artículo de Diego García Sayán (“Drogas: cero puntos... pero muchos tiros”); allí se lee: “Aquí no se aplica aquello de cero puntos, cero balas. La guerra contra las drogas aplicada en los últimos 30 años se ha perdido…” (La República, Lima, 13/2/2009).