Este obvio derivado del sustantivo cuero equivale a azotaina, es decir, una serie de golpes propinados generalmente con un látigo o con un cinturón de cuero. Otras formaciones análogas son golpiza y paliza (liberada ya de su étimo palo). Véase este ejemplo de Ciro Alegría: “… no creo que se animen después de la cueriza que se llevó un tal Mardoqueo. ¡Cien latigazos amarrao al eucalipto del patio!” (El mundo es ancho y ajeno, Caracas 1978, p. 167).