En sus Crónicas político-doméstico-taurinas, escribe Clemente Palma sobre la crianza de un niño: “Désele [...] ají mirasol a todo pasto y haremos de él un mocito de pelo en pecho, capaz de desmondongar a su suegra, cuando la tenga” (Lima 1938, p. 202). Desmondongar, formado sobre mondongo ‘intestinos, especialmente de animales’, tiene en el Perú el sentido de ‘herir a una persona en el vientre provocando la salida de las vísceras’; como intransitivo pronominal significa ‘engordar, especialmente en la zona abdominal’.