El verbo de origen latino mandar significa en el español general “ordenar al súbdito”, “imponer un precepto”, “enviar a alguien o remitir algo”. Pero en nuestro castellano coloquial, el de Cuba y la Argentina se registra, además, mandarse con la acepción intransitiva pronominal de “arriesgarse a hacer algo” (Diccionario de americanismos, ASALE, 2010). De este uso surge el participio adjetivado mandado, -a, que tiene el sentido de ‘osado, desinhibido’. Véase un ejemplo de Marcelo Oxenford: “Juliana en todo el sentido de la palabra es más mandada y atrevida para ese tipo de cosas” (La República, 28/4/2012).