En el académico Diccionario de americanismos (2010), se define así esta frase:“acariciar el cuero cabelludo a alguien”; usos semejantes se anotan en Ecuador y Guatemala. En el Perú, la acción más exactamente definida consiste en ‘rascar suavemente el cuero cabelludo de un niño como si se le estuviera aliviando de la picazón de unos imaginarios piojos’. El fallecido poeta peruano-japonés José Watanabe declara en una entrevista: “¿A quién no le gusta que le hagan piojito en la cabeza?” (Caretas, Lima, 3/5/2007).