Foto: El Comercio
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El Habla Culta

Del latín suāvis, este adjetivo tiene las acepciones generales de “liso y blando al tacto, sin tosquedad ni aspereza”, “blando, dulce, grato a los sentidos”, “tranquilo, quieto, manso”, “lento, moderado” y “dócil, manejable o apacible” (DRAE 2014). Pero en el castellano del Perú y otros países de la América hispana, suave también indica exhortación para comportarse con serenidad y sosiego, y advertencia a alguien de un peligro. Véase un curioso ejemplo de Bayly en Los últimos días de La Prensa: “ Ya, ya, suave con la pezuña, Ortiz, no seas abusivo” (Barcelona 1996, p. 313).