"El ‘caretuco’", por Enrique Pasquel
"El ‘caretuco’", por Enrique Pasquel
Enrique Pasquel

Hace unos días Rafael Correa tildó a este Diario de corrupto y ‘caretuco’ (jerga ecuatoriana que significa ‘sinvergüenza’ o ‘caradura’). La razón fue que El Comercio publicó un editorial muy crítico del gobierno de Ecuador.

No es la primera vez que Correa decide exportar su bravuconería contra la prensa. El mismo día se despachó también contra “El País” de España, acusándolo de violar la ley penal por publicar una entrevista al asesor parlamentario ecuatoriano Fernando Villavicencio, quien ha realizado varias denuncias contra su gestión. A inicios de este año, además, atacó a “Newsweek” llamándola hipócrita y derechista, por publicar un artículo en el que la revista denunciaba que el gobierno habría ocultado una sangrienta masacre entre tribus de no contactados. Hace poco, de manera similar, Correa se despachó contra el “Miami Herald”, tildándolo de indecente por comentar el polémico allanamiento de las casas del parlamentario Cléver Jiménez y de su asesor (el ya mencionado Fernando Villavicencio), quienes habían declarado tener pruebas de corrupción gubernamental. Adicionalmente, el año pasado se la agarró con “The Economist”, acusándola de mentirosa y de responder a intereses ocultos por publicar una nota discutiendo su contradictoria política ambiental.

Tampoco es la primera vez que Correa ataca a un medio peruano. En el 2011, aprovechando una visita a Lima, acusó a parte de la prensa peruana de conspirar contra el gobierno. Luego, arremetió contra el diario “Correo” dedicándole un poema mediante el cual lo calificaba de perro infeliz. “Correo” se había pronunciado en contra de sus declaraciones contra la prensa peruana y había reseñado el proceso irregular que Correa siguió contra los directivos del diario “El Universo” y uno de sus editores por publicar un artículo que lo criticaba. En este proceso, vale la pena recordar, la jueza a cargo renunció declarando que le estaban imponiendo una sentencia escrita por el abogado del presidente. Algo que no resultaría tan difícil de creer, teniendo en cuenta que el juez que finalmente resolvió el caso supuestamente leyó un expediente de 5.000 folios y escribió una sentencia de 60 páginas en dos días.

¿Será que existe una masiva conspiración internacional de medios peruanos, españoles, estadounidenses y británicos, entre otras nacionalidades, para destronar a Correa? ¿O es que el mandatario tiene un simple y ramplón desprecio por cualquier opinión crítica de su gobierno?

La segunda, no tenemos dudas, es la opción correcta. Prueba de ello es la forma en que Correa trata a la prensa de su propio país. Existe un consejo censor de la prensa, los ministros de Estado están prohibidos de declarar a los medios, en época electoral el Estado prohíbe publicar opiniones “tendenciosas” y legalmente se puede sancionar a quienes critiquen reiteradamente a los funcionarios públicos. No es casual que, según la Sociedad Interamericana de Prensa, la ley de medios de Correa sea “el revés más serio para la libertad de prensa y de expresión en la historia reciente de América Latina”. Y como muestra de los extremos a los que se llega en Ecuador basta ver que hace unos días se sancionó al caricaturista Xavier Bonilla por publicar un dibujo que ironizaba sobre el mencionado allanamiento a los domicilios del parlamentario y su asesor. ¿Se imagina al gobierno peruano sancionando a Mario Molina, Andrés Edery o Carlín por alguna de sus caricaturas? 

Señor Correa, ¿quién es el verdadero ‘caretuco’?