Yo la conocí en un mototaxi, por Andrés Calderón
Yo la conocí en un mototaxi, por Andrés Calderón
Andrés Calderón

Esta semana hubiera querido escribir sobre la nueva ley antibarreras burocráticas, o Invierte Perú, o hasta de los límites de la privacidad a los que se enfrenta el zoom de una cámara fotográfica cuando se encuentra con un ‘mototaxi’ en una conversación en un celular, pero no pude.

Era el miércoles, estaba de vacaciones y debía de prepararme para una clase que tenía que dictar esa noche. “Dejaré la televisión prendida de fondo con el debate de la interpelación al ministro , pensé.

“Hay muchos lacayos, hay muchos sobones que salen a defender [a Saavedra]… no sé con qué intereses”, empieza educadamente el vocero titular de (FP). ¿Qué diablos le pasó a Galarreta?, comparto la interrogante más recurrente en los últimos meses.

“El Congreso está ejerciendo su obligación [de interpelar], los que no quieran usar su obligación es su derecho”, continúa Luis Galarreta. “Que tengas boca, no te da derecho a decir tonterías”, mi madre me regañaba cuando niño.

Regreso a prepararme para mi clase. Suena el teléfono. Un mensaje de Twitter. Mauricio Mulder acaba de decir que PPK no ha leído la Constitución por referirse a la posibilidad de un voto de confianza. “Artículo 133. El Presidente del Consejo de Ministros puede plantear ante el Congreso una cuestión de confianza a nombre del Consejo”. Debe haber un error en mi Constitución. El lunes reclamo a la librería.

“[El congresista Lescano] dice ‘durmiendo con el enemigo’, yo no sé si se refiere a su hermana”, interviene el renovado y mesurado Héctor Becerril. ¡Basta! Ahora sí apago la tele. 

“La prueba PISA es un psicosocial”, exclama Galarreta. “Pruebas PISA bamba”, añade Mulder. “Las pruebas PISA son una gran cortina de humo”, Bienvenido Ramírez. Bienvenida la posverdad. Abajo la OCDE y sus ‘pizzas’, así sea la evaluación educativa más respetada a nivel internacional. Guíanos, emperador Trump, a ese maravilloso mundo donde no importa la falsedad y la ridiculez de lo que digas, sino que lo digas gritando. ¿Quién diría que sería una transmisión de TV Perú la que me podría convencer de prohibir la televisión basura?

Es viernes y estoy de paseo por Iquitos. Tengo que venir a la selva para desconectarme. Imposible. El diario “Correo” acaba de mostrar cómo se regodeaban Keiko Fujimori y compañía del ‘bullying’ que la ‘Bankada’ estaba propinando al ministro Saavedra la noche del miércoles. “Ya saben con quién se meten”, se envalentona Cecilia Chacón. Solo faltó ‘parao y sin polo’.

Me subo a un mototaxi y no dejo de pensar en lo que me dicen mis amigos, más experimentados en política que yo. Que el país no está para prescindir de Zavalas, Pérez Tellos, Garcías y Basombríos con una cuestión de confianza. Y quizá la cuestión de confianza no sea la mejor salida, pero de cuántos otros Saavedras se acaba de perder el Perú. Porque sacrificar años de vida y un mejor sueldo para ese nivel de maltrato, no gracias.

“Lo que falta es que PPK y Keiko Fujimori dialoguen”, descubren algunas personas. Claro, como si el presidente no hubiera querido hacerlo desde el día de las elecciones, y todos los adláteres fujimoristas no hubieran calificado a la pretendida reunión de ‘huachafada’ para abajo.

Y hay quienes proponen un pacto, pues “a Keiko le conviene gobernar en un mejor país en el 2021”. Ah bueno, si el pacto viene con promesa de premio... Curioso que quienes no transan con terroristas, sí negocien con chantajistas que han optado por secuestrar la gobernabilidad del país por cinco años.