Ex presidente Alberto Fujimori continúa en cuidados intensivos
Ex presidente Alberto Fujimori continúa en cuidados intensivos
Franco Giuffra

¿Es posible que indultar al ex presidente Fujimori tenga un impacto positivo en el crecimiento del PBI? Se necesitan varias condiciones precedentes para que una causalidad de este tipo se materialice, pero no es una locura imaginarla.

Como están las cosas, es claro que la bancada congresal de Fuerza Popular está más interesada en que el presidente PPK fracase que en ver al Perú progresar. Lo último son las interpelaciones, pero la llamada posición “obstruccionista” ha sido permanente.

Pensemos en lo ocurrido con los decretos legislativos. El fujimorismo los iba a revisar en una semana, luego en una quincena. Ya pasaron más de cuatro meses y no queda claro cuáles van o no van. Más que decretos legislativos, Fuerza Popular los ha tratado como proyectos de ley.


El mayor riesgo que ahora enfrentamos es el de un quinquenio de estancamiento económico producido, entre otras razones, por la confrontación política de dos grupos que, en otras circunstancias, deberían remar en la misma dirección. No vamos a ser capaces de sacar a más gente de la pobreza por una cuestión de egos y pataletas.

Lo paradójico es que los primeros años de la presidencia de Fujimori fueron cruciales para establecer las condiciones promercado que han permitido luego la transformación económica del país. Ningún presidente ha hecho nada parecido desde entonces. Pero esa agenda en favor de la libertad económica ya no tiene cabida en el fujimorismo actual. Ahora prima la revancha.

No es imposible que PPK pudiera negociar el indulto al ex presidente en favor del apoyo a las reformas que el país necesita para crecer. Por lo menos, a cambio de que no se entorpezcan sus iniciativas. Ideológicamente, debería existir afinidad.

¿Es descabellado que en un escenario de menor confrontación se aprueben reformas que, digamos, logren un incremento sostenido del 0,1% del PBI? Eso puede significar más empleo y más plata en el bolsillo de mucha gente pobre. Solo con esa fracción de crecimiento adicional miles de peruanos podrían dejar el hambre y pasar a comer.

Hablamos, claro, de una mejora marginal, que se debe sumar a todo lo bueno que, ojalá, el gobierno actual se anime a hacer. Pero, por encima de lo que se logre, el indulto a Fujimori y el eventual apoyo de la oposición puede agregar siempre algo más. No existe otro preso cuya excarcelación pueda lograr algo similar.


Esta línea de pensamiento deja de lado las consideraciones sobre la justicia de su sentencia, su estado de salud o los años de pena que ya lleva cumplidos. Es una aproximación puramente pragmática: el Perú podría estar mejor si Fujimori sale libre.

No me gusta mucho, como tampoco es del agrado del 50% de los peruanos. Pero es lo que hay. Tampoco habrán estado contentos los europeos con Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial. Pero eso no impidió que varios de ellos se asociaran con los alemanes en 1957 para firmar el Tratado de Roma y crear la Comunidad Económica Europea.

Como tuvo que hacer Japón después de perder esa misma guerra: sentarse a la mesa. Así recuperó sus islas y, veinte años después de Hiroshima, ya tenía superávit comercial con Estados Unidos.

Han pasado más de quince años desde la fuga de Fujimori. Si resultase conveniente para reducir la pobreza en el país, ¿no es tiempo suficiente para poder negociar?