A pesar de las graves acusaciones que pesan sobre el actual y el anterior fiscal de la Nación, ambos continúan en sus puestos aunque sometidos a investigaciones. ¿Usarán sus importantes cargos para negociar impunidad? Uno de los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura, organismo que los eligió y se ha negado a separarlos, ha renunciado en protesta por eso.
El fiscal Carlos Ramos Heredia está siendo criticado por varias sorprendentes decisiones que archivan investigaciones de personajes poderosos y por la sospechosa lentitud con que marchan algunos casos significativos.
En la investigación al desmesurado resguardo policial a la casa del operador montesinista Oscar López Meneses, la fiscalía ha asumido íntegramente la inverosímil hipótesis del gobierno: es solo un asunto de corrupción policial, dejando fuera de la pesquisa a varios personajes claves.
En el Congreso, Heriberto Benítez y Víctor Crisólogo, vinculados a la red de César Álvarez en Áncash, siguen ocupando sus curules. Mientras Martín Belaunde Lossio, involucrado con la misma mafia, señalado como lavador de dinero para la pareja presidencial, permanece prófugo.
En el reciente caso de las toneladas de cocaína descubiertas en Trujillo, el Ministerio del Interior está entorpeciendo la investigación, que marcha a paso de tortuga. Para empezar, por orden expresa del ministro Daniel Urresti, se ha abierto proceso disciplinario a los policías que resulten responsables de haber filtrado a la revista “Caretas” el video del congresista toledista José León visitando al narco mexicano que alquilaba su casa en Huanchaco, Trujillo.
También, según fuentes policiales, están chantajeando a los policías amenazándolos con no ascenderlos como se les prometió si hay nuevas filtraciones y si no delatan a los que entregaron el video.
En realidad, si esos policías, indignados por el encubrimiento de León, no hubieran suministrado el video, el congresista habría quedado al margen de la investigación y seguiría sosteniendo impunemente, como hizo al principio, la falsa versión que él no conocía al narco mexicano.
La semana pasada “Panorama”, de Panamericana TV, mostró a León en un evento de la familia Sánchez Paredes en Trujillo, el año 2006. León se ha visto obligado a reconocer lo que él considera un fugaz vínculo laboral con ese grupo, aunque en el video se le ve muy cómodo compartiendo mesa y brindis con uno de los jefes del clan.
Ahora el experto Jaime Antezana ha añadido nueva y relevante información. José León y Edgard Reymundo –el ex jefe de Migraciones que agilizó de manera extraordinaria los trámites del narco mejicano de Huanchaco– fueron testigos de la boda del hijo de Delia Poma, candidata a la alcaldía provincial de Satipo por el mismo movimiento de Reymundo (Bloque Regional Junín). Como se sabe, el humalismo no ha presentado formalmente candidatos en este proceso electoral, aunque varios de sus miembros postulan con movimientos regionales.
¿Qué vincula a León con Reymundo, además de que ambos aparecen involucrados con el narco mejicano? No se sabe, sería interesante que lo expliquen.
El asunto es que, según Antezana, la candidata Delia Poma “es observada por la PNP por actividades ilícitas vinculadas a lavado de activos y tráfico ilícito de drogas”. (Diario “Exitosa”, “León fue testigo de boda de hijo de presunta narcocandidata”, 19/9/14).
Antezana también señala que Delia Poma es muy poderosa en la zona, a tal punto que logró que destituyan en mayo de este año al coronel Jesús Rojas, jefe de la base policial antidrogas de Mazamari, en la provincia de Satipo, inventándole cargos falsos.
Poco antes, efectivos policiales de Mazamari al mando del coronel Rojas habían decomisado poco más de 400 kilos de cocaína que iban del Vraem a la costa, aunque no se ha determinado si su destino final era Huanchaco. En medios policiales se comenta que la destitución de Rojas fue una represalia. Ahora está sometido a proceso disciplinario.
Así las cosas, parece claro que la corrupción sigue avanzando y corroyendo las más importantes instituciones del Estado, precisamente las encargadas de fiscalizar y combatir el delito y la corrupción.
Como es obvio a estas alturas, el actual gobierno está permeado por la corrupción y no contribuye a frenarla sino la alienta. Además de la denuncia, donde los medios de comunicación juegan un papel fundamental pero limitado, es indispensable demandar a los candidatos al 2016 un compromiso y políticas claras anticorrupción.