¿Deberíamos preocuparnos?, por Carlos Adrianzén
¿Deberíamos preocuparnos?, por Carlos Adrianzén
Carlos Adrianzén

La deuda externa privada crece y ya bordea el 17% del PBI. ¿Deberíamos preocuparnos? 

Hay buenas razones para que esto no inquiete. La combinación de un dólar local barato –con un tipo de cambio administrado– y tasas de interés internacionales bajas configura un tremendo incentivo para tomar deuda cómoda del exterior. Asimismo,ahora que el flujo de capitales privados hacia nuestro país (inversiones directas y de portafolio) se contrae, sin mayor endeudamiento extranjero tomado por privados, nos podría ir mucho peor.

Tal vez algunos estén asustados porque esto los haría sincerar su manejo cambiario, pero no estamos en la década de 1980. Es deuda de empresas privadas, no de todos los peruanos. Quien se endeudó ya verá cómo pagará. Si las tasas de interés internacionales subieran mañana, este problema será también del deudor (y de quien le prestó).

Por ello, en este asunto no se debería involucrar al gobierno. Si quebrando nuestro ordenamiento jurídico nuestra burocracia afecta las reglas de endeudamiento con el exterior, lo que haría es abrir el camino para que estas deudas privadas sean absorbidas por el Estado (abandonando escuelas, postas, hospitales, comisarías, etc.). 

Ahora bien, no nos debe sorprender cómo, conforme nuestra economía deja señales de deterioro, el crecimiento del endeudamiento externo privado se ha reducido a su tercera parte en los últimos dos años. Y es que los privados se cuidan solos o revientan (esto a menos que se consigan un funcionario socialista que quiera rescatarlos).

Las cifras de la deuda externa traen también otras noticias: nos recuerda que tenemos una deuda pública que bordea un quinto del y que nos está resultando carísima. Su interés implícito en dólares es mayor al 5% anual. Otro detalle reciente es su transvase. Mientras la oficial de fuentes externas se reduce (de US$21.000 millones a US$17.000 millones), la deuda interna se infla.

Pese a que en los últimos años nuestro tesoro pagó cuatro veces más que el estadounidense, nuestra deuda pública colocada en el exterior estaría regresando. De hecho, por las regulaciones y accionar de la , es muy sugestivo descubrir que,  en la actual administración, los ahorros de los trabajadores en el sistema privado de pensiones han inflado sus “inversiones” en papeles de deuda del gobierno en aproximadamente US$1.594 millones. Estos papeles ya han tomado un quinto de los fondos. 

Mucho ojo con este detalle. Así se consolidó el robo previsional en Argentina. Y allá, al comienzo, todos se quedaron calladitos.