José Carlos Requena

La escandalosa remoción de Mariano González del Ministerio del Interior –tras solo dos semanas en el cargo y cuando sus acciones empezaban a incomodar al inquilino precario que ocupa Palacio de – ha hecho volver a pensar en un final anticipado para la desastrosa gestión de al frente del Ejecutivo (el mismo día que se cumplía un año de su proclamación como jefe del Estado por parte del JNE, Castillo decide hacer evidentes sus temores).

Pero tendrían que moverse más cosas en el escenario político para, finalmente, llegar a un desenlace que involucre la realización de comicios anticipados, como lo esperan dos de cada tres encuestados (65%), según el más reciente sondeo de El Comercio-Ipsos (17/7/2022).

En primer término, tendría que vencerse la resistencia del tercio (que podría ser descrito como institucionalista o masoquista, según desde donde se le mire) que aún cree que el mandatario debería cumplir su mandato hasta el 2026 (32%), de acuerdo con la misma encuesta. Debe anotarse que el porcentaje es marcadamente mayor en el interior del país (38% vs. 20%), casi duplicándolo y prolongando la ruptura Lima-regiones que ha caracterizado las elecciones generales recientes.

Por su parte, la acción penal del Estado encabezada por la Fiscalía de la Nación tendrá que mantener el celo con el que Patricia Benavides ha iniciado su gestión. Es una buena noticia que la pachocha que imprimía Zoraida Ávalos sea cosa del pasado. Pero habrá que estar atento a que se dote al Ministerio Público de los recursos necesarios para cumplir con su labor, muchas veces incomprendida.

También será vital el rol que jueguen los resortes institucionales al interior de la Policía Nacional. González tuvo que convocar incluso a oficiales en retiro a la espera de lograr avances en la captura del viejo entorno presidencial, prófugo por varios meses. Algo de estos resortes se han visto en la renuncia del general PNP (r) César Vallejos a su cargo de director general de Inteligencia del Ministerio del Interior, pero habrá que ver si esto es algo aislado o si el malestar es generalizado.

Pero el partido determinante se dará en el Legislativo. El momento oportuno para el manoseado recurso de la vacancia presidencial parece, finalmente, haber llegado. Y es que la acción de Castillo muestra con claridad una actitud de entorpecimiento de la acción del Estado, que evidencia sus temores y contradice sus dichos en los que clama inocencia.

¿Se está cerca de la votación calificada que viabilizaría la salida de Castillo? Una minuciosa nota de Martín Hidalgo mostraba que faltaban 14 votos (casi tres bancadas, en tiempos actuales) para cruzar el umbral de la vacancia (ECData, 17/7/2022). Los esfuerzos previos naufragaron y no hay indicadores contundentes de que esta vez progresarán.

En las primeras horas tras la salida de González, han ocurrido algunos hechos en el que podrían dar espacio al debate de una vacancia, pero el interés inmediato parece ser distinto. De hecho, el principal eje de la agenda parlamentaria presente es la elección de la Mesa Directiva, en la que se dan distintos ofrecimientos y acuerdos. Ese toma y daca podría reflejar lo que los entendidos describen como un “mercado persa”, un escenario en el que el Ejecutivo todavía puede encontrar espacio para beneficiarse.

El fragmentado Congreso, pues, está llamado a guiar un destino. Para ello, tocará que muchos de sus integrantes, que hoy apañan un comportamiento a todas luces inmoral, opten por crecer y miren el momento actual con los ojos de la adultez. En otras palabras, se necesita que decidan dejar la niñez atrás.

José Carlos Requena es analista político y socio de la consultora Público