Pasan los días y la situación del –¿o los?– Rolex de la presidenta Dina Boluarte viene complicando innecesariamente la estabilidad política del país y la misma Presidencia de la República.
Un asunto que podría considerarse banal está creciendo sin que haya nada ni nadie dispuesto a atajar esa pelota que va directo al arco. Si la presidenta no tiene nada que ocultar, debe zanjar este asunto lo antes posible. La única salida de este entuerto es tener respuestas claras y certeras sobre el origen de los objetos. La demora en dar una aclaración veraz y contundente hace pensar que no existen los argumentos para apagar este incendio.
Por lo pronto, la Fiscalía de la Nación ya inició una investigación preliminar por presunto enriquecimiento ilícito y omisión en la declaración jurada, por lo que le han solicitado al presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, todas las boletas de pago de la presidenta Boluarte desde el 2021, cuando ingresó al Ejecutivo como ministra.
Más allá de la omisión o no de los relojes, vale la pena detenernos en las declaraciones que Boluarte presenta ante la contraloría desde el 2021, en el rubro de bienes muebles e inmuebles: la suma de S/462.968, cantidad que se mantiene en la última declaración del 2023. Es en el rubro de “otros bienes e ingresos” donde hay un notable incremento, pasando de S/160.415 en el 2021 a S/593.347 en el 2023.
Hay varios asuntos que conviene aclarar: ¿cómo y cuándo los adquirió? Y, si se trata de un obsequio, ¿quién se lo dio? ¿Alguien que esperaba un favor del Gobierno? En cuanto al generoso donante, se habla de un gobernador regional, y si nos atenemos a los datos de la billetera en cuestión, una autoridad norteña y asidua visitante a Palacio de Gobierno sería el principal sospechoso.
¿Y por qué recién conocemos de estos artículos? Ahí se abre otra interrogante que nos lleva a mirar a un ex jefe del Gabinete que todavía con la sangre en el ojo estaría enviando un aviso a su otrora jefa y aliada.
La bola sigue creciendo y ya Perú Libre empieza a promover una moción de vacancia presidencial, que sabemos cómo empiezan, pero nunca cómo terminan, y la bancada de Fuerza Popular, que desde el Parlamento ha sido un soporte para el Gobierno, empezó a deslindar alegando que no existe una respuesta clara y contundente por parte de la presidenta.
Y así seguimos imbuidos en un asunto que hace rato debió ser aclarado. El 3 de abril, el titular del Gabinete, Gustavo Adrianzén, acudirá al Congreso a pedir el voto de confianza para su equipo ministerial, y sería lamentable que para entonces el debate se desviara a este asunto, ante la falta de respuestas satisfactorias.
Entretanto, los que buscan el adelanto de elecciones –que sería terrible para el país– siguen aplaudiendo desde la tribuna; Antauro Humala, repartiendo un discurso demencial a lo largo del país; y la inseguridad ciudadana en su peor momento.
Señora Boluarte, en su muñeca está el futuro de su gobierno y la estabilidad.