“Gustavo Gorriti denunciará ataque a la libertad de prensa ante organismos internacionales”, titula una nota del portal web del diario “La República”. El viernes, el periodista de IDL-Reporteros estaba respondiendo a los ataques tuiteros del ex presidente Alan García, a través de un streaming vía Facebook Live, el cual fue interrumpido y el video eliminado de la red social.
Analicemos el caso con cuidado: ¿Por qué retiraron el video de Gorriti de Facebook? ¿Quién quiso callar al periodista? ¿Fue un caso de censura? ¿Puede una instancia internacional hacer algo al respecto?
Vamos por las razones primero. Un video, una foto, cualquier contenido de Facebook, puede ser removido, esencialmente, a través de dos vías: alguien lo denunció o el propio Facebook detectó un contenido inapropiado a través de sus herramientas basadas en inteligencia artificial y machine learning, según reveló Guy Rosen, vicepresidente de administración de producto de Facebook.
¿Cuándo un contenido es inapropiado? Cuando vulnere las reglas comunitarias de Facebook, que buscan evitar la presencia de propaganda terrorista, discursos de odio, violencia y desnudos muy gráficos, cuentas falsas, prevenir suicidios, entre otros. A priori, suena bien, ¿no?
El problema, como siempre, está en los detalles. Imaginen monitorear los videos, fotos y comentarios diarios de cerca de 2 mil millones de usuarios en Facebook, para distinguir cuáles de ellos podrían ser ofensivos y cuáles no. La inteligencia artificial puede ayudar a detectar “posibles” contenidos “peligrosos”, pero aún se requiere un ojo y criterio humanos para discernir entre un llamado a la violencia y una frase sarcástica, entre un desnudo comercial y una fotografía de porno-venganza.
Facebook cuenta con cerca de 15.000 personas que moderan contenidos en la red social. Todas ellas falibles. Hay cientos de casos reportados de críticas políticas retiradas incorrectamente de la plataforma porque fueron denunciadas por el político afectado o sus seguidores. Hace dos años, Facebook bajó la foto de una niña desnuda mientras escapaba a un bombardeo de napalm durante la Guerra de Vietnam, por violar sus reglas comunitarias sobre desnudos. Pero ¡la foto había ganado el premio Pulitzer!
Miles de activistas, ONG, partidos políticos y hasta Estados pedían a las redes sociales bloquear ciertos contenidos, pero ahora les llueven críticas por sus decisiones, a las que califican de arbitrarias. En el 2017, “The Guardian” publicó algunas de las reglas internas secretas con las que Facebook instruía a sus moderadores de contenidos, que tenían criterios indescifrables. Por ejemplo, estaba prohibido escribir: “alguien dispare a Trump”, pero sí era permitido postear: “para romper el cuello de una perra [bitch], asegúrese de aplicar toda su presión en el medio de su garganta”. En abril del año pasado, Facebook decidió publicar sus lineamientos para la moderación de contenidos. Un documento de 27 páginas que siempre será demasiado corto y demasiado simple para el complejo mundo de los millones de interacciones que pueden darse en una red social.
Volviendo al caso peruano, lo más probable es que varios usuarios simpatizantes de Alan García hayan denunciado el video para silenciar a Gorriti, y no que Mark Zuckerberg tenga alguna simpatía escondida por la estrella, como alguien ironizaba por ahí.
¿Califica esto como censura? No lo creo. Nos guste o no, las reglas de Facebook, con sus errores, son de uso voluntario. Siempre se puede acudir a otra plataforma como efectivamente lo hizo Gorriti en You Tube. No hay ninguna imposición estatal.
¿Puede hacer algo un organismo internacional? Difícil. En todo caso, una corte nacional podría evaluar si al retirar incorrectamente un contenido, Facebook infringe sus propias reglas comunitarias y el contrato celebrado con sus usuarios. También sería interesante analizar qué tipo de responsabilidad (civil) podría recaer en quienes concertadamente denuncian un contenido sabiendo que no infringe las normas de la red social, solo con el propósito de provocar su retiro.