Ya es legal fumar marihuana en la capital de Estados Unidos. Algunos podrían decir que, por su comportamiento e ideas, muchos políticos en esta ciudad evidencian desde hace rato el consumo de sustancias psicotrópicas. Pero la nueva medida es seria, es el resultado de un referéndum aprobado por el 65% de los votantes, forma parte de una tendencia nacional, y va en una buena dirección.
Washington, DC se suma a cuatro estados que han legalizado el uso de la marihuana para fines recreativos, y otros 21 que permiten el uso médico de esa droga. La mayoría de los estadounidenses apoya la legalización de la marihuana y hasta 10 estados podrían contemplarla el año que viene. Es posible que dentro de una década esta droga sea legal a nivel federal también.
El cambio a favor de estas reformas se debe a que la guerra contra las drogas ha fracasado y a que la marihuana correctamente no se percibe como un narcótico altamente dañino. Un estudio médico reciente evaluó varias sustancias recreativas en términos de su riesgo mortal y encontró que el alcohol es la droga más peligrosa—114 veces más que la marihuana, que se ubicó al fondo de la lista. Aun así, las leyes federales la regulan (prohíben) de manera más estricta que la cocaína, a la cual el gobierno federal le reconoce ciertos usos médicos. Cada vez hay más asociaciones médicas profesionales que quieren que se reconozcan legalmente los múltiples beneficios medicinales de la marihuana, medida que destrabaría el desarrollo de fármacos relacionados a esa droga.
Hay otros beneficios de legalizar la marihuana. Un estudio liderado por Daniel Rees de la Universidad de Colorado encontró una reducción de entre 8 y 11% en las muertes por accidentes de tránsito en los estados que habían legalizado el uso médico de la marihuana. Al parecer, la gente sustituye el alcohol con la marihuana, provocando así menos accidentes a la hora de conducir. Otro estudio encontró que la legalización del consumo médico de marihuana se asocia con una reducción en los suicidios del 5%. Desde el punto de vista de los políticos, la recaudación de impuestos es otro beneficio. El año pasado el estado de Colorado recaudó unos $68 millones por gravámenes a la marihuana luego de haberla legalizado.
La guerra contra las drogas ha sido especialmente dañina para las minorías en EE.UU. Por ejemplo, a pesar de que la tasa de consumo de drogas entre blancos y negros es similar, la ley perjudica más a estos últimos. Casi la mitad de la población de Washington, DC es negra pero un estudio de la Unión Americana de Libertades Civiles encontró que en 2010 el 91% de los arrestados por tener marihuana en la ciudad eran negros.
Legalizar la marihuana traerá beneficios sin afectar mucho el consumo. De hecho, según Jeffrey Miron de la Universidad de Harvard, la prohibición no ha impactado sustancialmente el uso de drogas. Pero sí ha creado los grandes problemas que resultan de un mercado ilegal—la violencia, la corrupción, las violaciones a los derechos civiles, las muertes por sobredosis debido a que es difícil saber la potencia de lo que uno consume, una mayor transmisión del SIDA, etc.
Para Miron, el caso a favor de legalizar la cocaína y la heroína es más fuerte aún que para la marihuana, justamente porque la demanda de tales drogas es menos sensible a su precio; al elevar el precio, la prohibición contribuye así al mercado negro sin afectar significativamente el consumo. Estamos muy lejos de legalizar todas las drogas, pero hacerlo traería enormes beneficios a pocos costos.