Después de años en que el presidente Trump ha denigrado a los inmigrantes e impuesto políticas en su contra, EE.UU. se encuentra en plena crisis sanitaria y son los inmigrantes quienes están jugando un papel clave en la lucha contra el coronavirus.
Esta pandemia ya está agobiando el sistema de salud de Nueva York, cosa que solo empeorará y se continuará expandiendo al resto del país en las semanas que vienen. Si no fuera por los inmigrantes, la situación sería mucho peor. Según el experto en inmigración David Bier, el 58% de los enfermeros y el 45% de los médicos en esa ciudad son inmigrantes.
En otras áreas relacionadas a la medicina, la representación desproporcionada de quienes nacieron fuera de EE.UU. también se advierte. Bier documenta que de los farmacéuticos importantes que están desarrollando vacunas y tratamientos para el coronavirus, ocho dependen fuertemente de los inmigrantes y en la última década han contratado a 11.000 trabajadores extranjeros de alta calificación en EE.UU. Entre ellos se encuentran químicos, biofísicos y todo tipo de científicos. Según un reporte del 2013, el 75% de las patentes en microbiología y biología molecular producidas por las 10 universidades estadounidenses más importantes tenía como inventores a inmigrantes. Respecto a patentes para drogas, el 79% se debió a inmigrantes.
Hace poco menos de dos semanas, el gobernador de California ordenó que todos se quedaran en sus casas y que se cerraran “negocios no esenciales”. Bier calcula que los inmigrantes en California representan el 63% de los trabajadores en las industrias esenciales en agricultura en ese estado, 42% de la fuerza laboral en la manufactura de medicinas, 39% en el sector mayorista esencial, 32% del personal en las instalaciones médicas y 30% de servicios esenciales profesionales. En California la inmigración también está salvando vidas.
La experiencia de EE.UU. refleja su larga tradición de relativa apertura a los extranjeros y ofrece lecciones para el Perú. Así como EE.UU. está aprovechando el talento de los inmigrantes, el Perú debe reconocer que la mal percibida desventaja de la ola migratoria venezolana se podría aprovechar y convertir en una gran ventaja. Un estudio reciente del BBVA Research encuentra que, en promedio, los inmigrantes venezolanos en el Perú tienen más años de educación que los peruanos, tienen un mejor estado de salud y la mayoría (más del 80%) se encuentran en edades productivas.
Respecto a la crisis actual, los inmigrantes tienen mucho que ofrecer. Según Oscar Pérez Torrez, presidente de la ONG Unión Venezolana en Perú, “más de 4 mil médicos venezolanos, entre ellos epidemiólogos e infectólogos, están listos y preparados para sumarse al contingente de galenos peruanos que están haciendo frente a la emergencia sanitaria por el coronavirus en Perú”. Pérez reporta además que más del 81% de ellos están dispuestos a irse a cualquier provincia del Perú para ejercer su profesión.
Sería irresponsable no aprovechar a los médicos venezolanos que además tienen buena formación. De hecho, en el 2019 dos médicos venezolanos recibieron los puntajes más altos en el Examen Nacional de Medicina del Perú. Otros países que enfrentan esta crisis han autorizado el trabajo de médicos venezolanos. Italia permitió que se incorporen 150 médicos venezolanos a su fuerza laboral y España autorizó que una parte de los 5.000 galenos venezolanos que se encuentran allí trabaje mediante contratos temporales y renovables.
No hay razón alguna por la que el Perú no autorice que se salven vidas de la misma manera.