En tiempos preelectorales, ciertos asuntos reclaman ser tratados. Por ejemplo, los sugestivos problemas que afectan a los dos sistemas previsionales coexistentes: el privado y el estatal.
Muchos dicen que este no es el momento de actuar y que las frustraciones las resolveremos cuando pase la campaña. Cualquier decisión que tomemos estará torcida por intereses electorales. Con un tono supuestamente ecuánime, aseguran que la gente sería fácil de engañar por cualquier político inescrupuloso.
Se equivocan. Ni la gente es tonta ni es cierto que la discusión pública no pueda aclarar el panorama, ni existe nada mejor que la democracia. En una nación de instituciones débiles, los electores importamos solo durante la campaña. Posteriormente, los elegidos se vuelven sordos e impermeables.
Así, pues, los meses previos a la elección resultan ideales para discutir y exigir cambios a los candidatos. Aunque esta realidad no sea conveniente para ciertos burócratas y privados, debatir sobre temas previsionales ahora es oportuno e importante. Esto porque tras la elección harán lo que les dé la gana.
Para quienes aportan al sistema privado, vale la pena recordar que, desde un inicio, la burocracia de turno ha abusado a través de la regulación. Y que a las empresas del sector les haría bien una dosis mayor de competencia, tanto para captar el ahorro previsional como para ofrecer alternativas de jubilación.
No nos dejemos engañar: la competencia no quiebra a las empresas hábiles. Y recordémoslo una vez más: la plata es de quienes aportamos al sistema y no de las administradoras, los reguladores o todos los peruanos.
Ahora que los congresistas están salivando por ser reelectos es el momento ideal para abrir la discusión. Insisto, una vez electos continuarán tratando nuestros ahorros como si fueran suyos o, lo que es peor, de nadie.
En el sistema privado, es ahora cuando debemos resolver las interrogantes: ¿queremos una mayor diversificación global de las inversiones?, ¿debemos permitir el retiro a la edad de jubilación?, ¿hay mejores alternativas de ahorro y jubilación?
Para los mártires que aportan al fondo de reparto estatal –en el que más de la mitad de ellos no tendrá acceso a una jubilación–, es también momento de resolver si a quienes no califiquen para recibir una pensión se les devolverá el valor actualizado de lo aportado.
Postergar las discusiones sobre los dos esquemas previsionales es pura demagogia que busca mantener errores que contentan a privados y burócratas a costa de los ahorros de los trabajadores.