En el blog de una conocida y, en lo personal, muy estimada periodista han aparecido unos comentarios sobre la rentabilidad del sistema privado de pensiones que vale la pena aclarar para tranquilidad de los afiliados. Los comentarios se presentan a manera de reflexión sobre el estado de cuenta cuatrimestral que le envía su AFP. En resumen y en números redondos, dice lo siguiente: saldo anterior, 38.200 soles; aportes, 1.200 soles; rendimiento, menos 2.400 (o sea, una pérdida); saldo actual, 37.000 soles. La propia interesada ha revelado las cifras.
Primero que nada, una cuestión semántica. ¿Por qué llamar “rendimiento” a una pérdida? ¿Estará tratando la AFP de engañar a sus afiliados? En absoluto. La literatura académica ha hablado siempre de “rendimientos”, que pueden ser positivos o negativos, o sea, ganancias o pérdidas. El mundo de las finanzas sigue esa práctica. Es una simple economía del lenguaje: una sola palabra para referirse a los dos posibles resultados de una inversión. Naturalmente el afiliado, que no está acostumbrado a esa forma de hablar, puede sentirse confundido o, peor, que lo están tratando de confundir. Ojalá esta explicación sirva para disipar la duda.
Más allá de los términos utilizados, el hecho es que la AFP ha perdido el doble de lo que le entregó: aportes, 1.200 soles; rendimiento, menos 2.400. Pero hay que poner las cosas en perspectiva. Decir que la AFP ha perdido “el doble” da a entender que su manejo de las inversiones es catastrófico. Eso es injusto porque la pérdida hay que medirla contra el saldo acumulado; no contra el aporte del cuatrimestre. La medida correcta o, mejor dicho, relevante es que se ha perdido el 6% del saldo.
Sería también injusto que si, en lugar de una pérdida, hubiera ocurrido una ganancia de la misma magnitud, la AFP alardeara de haber ganado “el doble” de los aportes de sus afiliados. Lo que tendría que decir –la medida correcta, relevante de los resultados obtenidos– es que los rendimientos o ganancias, en este caso hipotético, fueron el 6% de los saldos acumulados.
Volvamos ahora al caso concreto. ¿De qué le sirve al afiliado tener una AFP que administre su plata y que puede perder 6%, cuando los bancos están pagando 1%? ¿No es acaso irresponsable jugar a la bolsa con plata ajena, en esta época de desaceleración económica, en lugar de ponerla en un depósito a plazo fijo? No, no lo es. La inversión de los fondos previsionales en un portafolio diversificado que incluye, entre otras, inversiones en bolsa ha demostrado ser superior a lo largo del tiempo. El rendimiento promedio en los últimos diez años ha sido alrededor del 9% anual. Los depósitos a plazo fijo en los bancos han rendido menos de 4% al año.
Por supuesto que en cualquier momento una caída de la bolsa puede arrastrar hacia abajo los rendimientos de los fondos previsionales. En ese momento particular, obviamente, sería mejor tener un depósito a plazo fijo. Pero eso solamente lo sabemos a posteriori. Nadie puede decir de antemano que la bolsa se va caer en los próximos cuatro meses. Y aun si una AFP tuviera la certeza de que eso va a suceder, no podría salir a vender todas las acciones que mantiene en nombre de sus afiliados, para pasar la plata a un banco, sin precipitar con esa movida la caída en los precios, justamente el golpe que estaría tratando de esquivar.