Cyntoia Brown tenía en su bolso una pistola de calibre .40.
Cyntoia Brown tenía en su bolso una pistola de calibre .40.
Fernando Vivas

La gran guerra contra la inseguridad no se libra solo en La Victoria. Mis respetos a George Forsyth y Susel Paredes por haber hecho pensar tal cosa a algunos desinformados que quizá no salen mucho de casa. Mi aplauso a George por haber conseguido atención en Palacio y compromiso de respaldo pleno de la PNP.

Pero la guerra, repito, se libra en todo el país y a la PNP –me lo dijeron dos generales– más le preocupa, para solo hablar de Lima, la intensidad y modalidades delictivas incrementadas en el cono norte que en La Victoria, donde varias lacras están focalizadas en Gamarra y mucho se podrá hacer contra ellas cuando se restrinja y regule el comercio ambulatorio.

El mal raquetea en unos distritos más que en otros, pero puedes toparte con él en la esquina y el local menos pensado. Aunque hayas tomado previsiones como andar sin cosas de valor, tomar taxi de app y evitar calles oscuras, ¡zas!, los raqueteros igual te escogen a ti entre mil o, más piña aún, te cae una bala perdida y ni te enteras de dónde vino.

Todo esto se combate con operativos, es decir, acción y mucha inteligencia. Y no es inteligente, sino brutal y bestial, animar a la gente a que se arme para replicar ataques a tontas y a locas y, por matar al caco, trastabille él y te dispare a ti. Lo inteligente es no resistir y luego denunciar para que la PNP haga lo que tenga que hacer.

Estoy de corazón con el policía Elvis Miranda y me parece injusta su prisión preventiva por disparar a un caco en fuga. Si se excedió, que lo investiguen en libertad. Con quien no estoy ni de cabeza ni de corazón es con Abel Valdivia, quien el lunes, en la transitadísima avenida Ricardo Palma, a pocos metros del óvalo de Miraflores, se puso a disparar a unos choros en moto y en fuga –se ve nítidamente en el video– que intentaron arrebatarle dinero y joyas. El riesgo a terceros no guardó proporción con el ataque que había sufrido. La PNP debería aprovechar este caso para hacer una campaña alertando a ciudadanos armados, por más licencia que tengan, de no complicar el combate contra la inseguridad. ¿Alguien puede creer que a más ciudadanos armados habrá menos delincuencia? Último giro: leo en “Trome” que Valdivia tiene varias denuncias en su haber, incluyendo una por robo.

Este caso se emparenta con el de Luis Miguel Llanos, quien se hizo célebre años atrás disparando y matando a dos presuntos delincuentes. Fue en una calle poco transitada, pero, luego de eso, Llanos ha pretendido hacer una carrera política de propulsor de la defensa ciudadana violenta. Señores del Mininter y alcaldes, aquí se impone una campaña alentando a estos machitos a que no compliquen las cosas.