Fernando Vivas

Usted y yo los oímos, pero a él no lo amedrentan. La vida de Alejandro Soto es muy exagerada como para que se pare en seco y dé un paso al costado ante los tambores de censura. Lo hará cuando su cálculo le diga que es insostenible, que la moción que pide su cabeza cuenta con mucho respaldo y, al revés, Alianza para el Progreso y sus aliados se lo quiten. Soto sobrevive por inercia y porque se aferra a su instante.

Fernando Vivas es columnista, cronista y redactor