Fernando Vivas

Antes de que se vayan el presidente, los congresistas, todos o ninguno, los políticos en pugna tienen que conversar y pactar algo fundamental: cuidar la casa. He aquí el mayor drama nacional: el progresivo deterioro del y de todos sus servicios, desde salud y educación hasta la asignación equitativa de recursos a los gobiernos subnacionales. Hay una noble tecnocracia y burocracia estatal que se bate contra las adversidades del copamiento y la corrupción. Su fin es evitar que el Estado se detenga. La batalla ente tecnócratas y cleptócratas nos tiene que preocupar tanto como aquella entre oficialismo y oposición.

Hasta Rafael López Aliaga, que, en su fase negacionista del triunfo de , llegó a decir que era mejor que la situación económica se deteriorara para que la reacción popular acabara con esto pronto, ahora, como alcalde electo, señala al ministro Kurt Burneo como alguien que hace bien en ‘inmolarse’. Claro, ¿qué le queda a una autoridad subnacional sino esperar que el gobierno central sea justo y eficiente al transferirle recursos?

Les cuento una anécdota que me la revelaron políticos de oposición. Si bien el exministro Pedro Francke bregó para mantener a Julio Velarde al mando del BCR, el Gobierno no le aseguraba a Velarde las condiciones que este pedía. Entonces, un grupo de políticos de oposición (de Fuerza Popular, Renovación Popular, Avanza País y APP) le pidieron a Velarde que se quede para cuidar la casa. Para convencerlo le prometieron que elegirían a los tres directores (cuota congresal) que él pidiera. Así salieron elegidos Diego Macera, Inés Choy y Carlos Oliva.

Este razonamiento es fundamental aún si el Gobierno cayera pronto. En cualquier fórmula de transición tiene que haber un pacto y vigilancia para que los cargos esenciales (ministros, viceministros, directores y cabezas de entes cruciales) estén en manos de funcionarios idóneos. Por eso es indispensable visibilizar y fortalecer a , la agencia de empleos calificados para el Estado. La oposición tiene que exigirle a Castillo que deje a Servir sugerirle las designaciones.

Castillo visitó a José Williams, recién estrenado como presidente del Congreso y le entregó un documento llamado ‘consenso por el Perú’. Hasta ahora no se ha difundido una respuesta. Ya pues, que esta sea algo así como: ‘presidente, para empezar, nombre funcionarios idóneos a través de Servir’. Sucede que Williams, como la gran mayoría de congresistas, es políticamente novato –¡maldita sea la no reelección que promovió Vizcarra!– y le cuesta tener iniciativas si no las ha coordinado con las bancadas que lo eligieron. Y estas tampoco son un dechado de armonía y madurez. Antes de que se vayan, tengan ese mínimo consenso por el Perú.

Fernando Vivas es columnista, cronista y redactor