Rodrigo Cruz

La suerte de Willy Huerta parece estar echada. Es cuestión –como reporta hoy este Diario– de que la oposición sume diez votos más para que se convierta en el próximo ministro de en ser censurado. En unos días lo sabremos. Sin embargo, su eventual salida del Ministerio del Interior difícilmente hará que la manera cómo se viene manejando este sector cambie de rumbo. Si bien Huerta ha hecho los méritos para ganarse a pulso la censura, es solo un fusible en esta historia. Son otros los que realmente tienen el control de ese ministerio, que aquí pasaremos a llamar como los ‘’, para una mejor recordación.

De entrada, hay que tener en claro que para este Gobierno la seguridad ciudadana nunca fue una prioridad. El objetivo desde un inicio fue captar a los oficiales de mayor rango de la PNP para sus intereses particulares, ya sea para conseguir impunidad, beneficiar a los suyos, castigar a los incómodos o simplemente sacar provecho económico de los procesos de ascensos, como confesó Bruno Pacheco a la fiscalía. En toda esta operación, el rol de los ‘republicanos’ ha sido fundamental.

Este nombre se debe a que sus miembros, o al menos los más importantes, formaron parte en su momento de la extinta Guardia Republicana cuando servían en la policía. El ministro Huerta, por ejemplo, es uno de ellos. Javier Gallardo, el cuestionado primer comandante general de la PNP que designó Castillo, también lo fue. El exministro Miguel Hidalgo, mentor de Gallardo y que se reunió con el presidente en diciembre, es otro exmiembro de los también llamados ‘Código 3′. De igual forma, también lo es el actual jefe de Contrainteligencia de la Digimin, Luis Sánchez Lira, y el viceministro de Orden Interno, Abel Gamarra. Y así sucesivamente.

Pero el más importante de todos es el coronel PNP (r) Abel Tarazona Melitón. Él dirigió la comisión de transferencia del sector Interior cuando Castillo llegó al poder. Entre sus integrantes estuvieron Huerta, José Luis Fernández Latorre (hoy jefe de la DINI) y el general PNP (r) Pedro Hoyos Arévalo (también republicano), entre otros. Diferentes fuentes consultadas señalan a Tarazona como el verdadero ministro en las sombras. La persona que habría puesto a Huerta en el cargo y que se camufla como personal de la DINI. Pero, en realidad, es quien tomaría, según las fuentes, las decisiones más controversiales.

Decía que la salida del ministro difícilmente cambiará las cosas. El próximo que llegue a ese puesto sabrá que son otros los que tienen el manejo (eso no significa que la censura no sea necesaria). Pero, para que haya un giro, se debe cambiar la mira hacia los republicanos. O más arriba. Es decir, a quien los empoderó: el presidente Castillo.

Rodrigo Cruz es periodista