Rolando Arellano C.

El reciente cambio de presidente de la , que hoy convoca a gremios de empresas de todo tamaño, es una buena oportunidad para mostrar los avances que parecen darse en la actitud de los empresarios peruanos. Veamos.

Primero, se observa una creciente unión de gremios. Recordemos que el año pasado, por primera vez en la historia empresarial peruana, más de 200 asociaciones (desde taxistas, tejedoras y cámaras de comercio hasta grandes industriales y mineros) se unieron para exigirle al gobierno modificar sus acciones antiempresa. ”, escribimos en esta columna a inicios de mayo del 2022.

Por otra parte, en vez de asumir la culpa de todas las carencias del país que les quieren endilgar algunos políticos, comienzan a exigirles a ellos que usen bien los impuestos que les entregan. Pero, reconociendo la ineficiencia estatal, también saben que les toca ayudar a paliar los problemas de la población. De hecho, durante la pandemia, donando desde arroz chaufa hasta plantas de oxígeno, individualmente o en asociaciones como Hombro a Hombro, ayudaron varias veces más que sus colegas de países desarrollados con relación a su tamaño (”, 29/6/2020).

Junto con ello, parecen cansarse de ser amedrentados por el discurso antiproducción de algunos grupos políticos, y empiezan a superar el “”; el del que calla, otorga (31/8/2020). Aunque todavía de manera muy discreta, muchos ya no ocultan su orgullo por generarse su propio trabajo y dar empleo a otros, que es la base para tener carreteras, colegios y postas médicas.

Por otro lado, las asociaciones están deslindando claramente de los empresarios corruptos (que constituyen un número mínimo frente a las muchas empresas). Si antes su posición era más reactiva y asumida casi como si fuera una falta gremial, hoy no solo los expulsan, sino que han creado organizaciones (como Empresarios por la Integridad) para prevenir esos delitos.

Y se ve una apertura a participar en política, ya sea de manera directa, como el alcalde de Lima, u opinando sobre temas políticos, institucionalidad y democracia. Entendieron que, como todas las familias peruanas tenemos algún emprendimiento (“”, 25/1/2021), ser emprendedor es inseparable de ser ciudadano.

Sin duda hay mucho más por mejorar, pero si estas tendencias se afianzan, todo el Perú tendrá mayor bienestar. Un indicio de que sería así es que la junta directiva de la Confiep, con mujeres muy importantes en ella, ha pasado de ser presidida por Óscar Caipo, un empresario limeño del sector servicios (que hizo un gran trabajo en el ámbito nacional), a serlo por Alfonso Bustamante, arequipeño y ligado al campo por la agroexportación. Les deseo una gran semana.

Rolando Arellano C. es CEO Arellano Consultoría para Crecer

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