Se desconfía de la justicia diciendo que esta puede ser comprada por los poderosos. Y es verdad. Pero nunca deje usted de pensar que el derecho tiene lógica, como me dijo alguna vez mi gran amigo y sabio jurista Jorge Avendaño. Lea esta reflexión del profesor de Derecho de la señora que condenó –injustamente, por supuesto– a Leopoldo López, uno de los líderes de la sufrida oposición democrática venezolana. Lo enriquecerá moralmente.
“Conociendo a la jueza que condenó a López / Por Álvaro Albornoz*
Susana Virginia Barreiros Rodríguez, a pesar de que para la mayoría del país eras una perfecta desconocida, ya que nunca habían escuchado antes tu nombre debido a tu falta de trayectoria profesional, hoy en día te convertiste en una de las personas más conocidas, pero a la vez más odiadas y repudiadas por toda la sociedad, motivado a tu infame sentencia sin fundamentación jurídica que condenó a un hombre inocente a casi 14 años de cárcel, y todo en acatamiento de las directrices que te dieron desde Miraflores y la Asamblea Nacional.
Te recuerdo perfectamente de cuando eras una estudiante de Derecho en la Universidad Bicentenaria de Aragua, Núcleo San Antonio de los Altos, y aparentabas ser una buena estudiante, seria y responsable, incapaz de romper un plato.
Fuiste mi alumna en las cátedras de Derecho Administrativo IV y Contencioso Administrativo. Nunca me imaginé que en el corazón de esa muchacha tranquila y amable se iba a albergar tanta maldad y tanta crueldad, y que fueras capaz de condenar a una persona a sabiendas de que es inocente.
Nunca pensé que ibas a ser capaz de amañar un juicio y sentenciar a un hombre sin pruebas y sin darle el derecho a la defensa.
Por mi parte, salvo mi responsabilidad en tu formación, ya que me esmero en inculcarles a mis alumnos buenos principios éticos y el respeto por los derechos humanos y la Constitución. Yo no te enseñé a violar las leyes, y estoy seguro de que ningún otro profesor tampoco lo hizo.
Me pregunto qué te hizo convertirte en el ser perverso que eres hoy en día. ¿Cuándo vendiste tus principios y tu ética? ¿Cómo te puedes arrastrar ante un régimen narcoterrorista que destruye a Venezuela? ¿No te da remordimiento al ver el sufrimiento de los pequeños hijos de Leopoldo López?
Déjame decirte que me siento muy avergonzado de tu conducta y de tu proceder durante el injusto juicio, y siento pena por tu criminal conducta. Como profesor que fui tuyo te digo que, con esa sentencia, más te has condenado a ti misma que al propio Leopoldo. Te has condenado al repudio de toda una sociedad que te mira con rabia e indignación. Has condenado tu futuro profesional, porque cuando el régimen caiga, todos te tendrán como la jueza violadora de derechos humanos y no podrás conseguir empleo más nunca en tu vida.
Pronto te darás cuenta de que cometiste el peor error de tu vida y que tu conciencia no te dejará dormir en paz más nunca. Susana, que Dios te perdone por todo el daño que has causado con tu aberrante sentencia. Pero en la tierra, tarde o temprano, tú vas a ser juzgada y condenada, y sufrirás en carne propia lo que sufre y padece Leopoldo López.
Me despido, decepcionado de ti”.
* Profesor universitario, especialista en Derecho Administrativo, magíster scientiarum en Derecho Administrativo, con maestría en Ciencia Política y doctorado en Derecho Constitucional.