Elecciones y generaciones, por Rolando Arellano
Elecciones y generaciones, por Rolando Arellano
Rolando Arellano C.

Muchos usan como única gran variable de explicación de las tendencias sociales a la confrontación de ricos versus pobres o de AB contra CD y E. Esta vez vimos que la variable Lima-provincias fue más importante, y pensamos además que para estas elecciones ha sido fundamental la variable edad, tanto de los electores como de los candidatos.

Por el lado de los candidatos, la gente hizo una división bastante clara. Fujimori, Mendoza y Guzmán, por un lado, y Kuczynski, García, Acuña y Flores-Aráoz, por el otro. ¿Barnechea? Pese a sus 63 años, estuvo entre los primeros por su mensaje, pero se plegó a los segundos por su actitud. Guzmán marcó la línea al usar la calificación de “dinosaurios” y su influencia quedó tras su descalificación, dificultando el regreso de los jóvenes que habían apoyado a Kuczynski en el 2011. Y, por cierto, los mayores no tuvieron el reflejo de incluir en sus planchas presidenciales a candidatos treintañeros para balancear ese déficit. 

La distancia generacional actuó también, desde otro ángulo, en la decisión sobre votar o no por Keiko Fujimori. Así, más allá de propuestas o los mensajes, la razón fundamental que orienta el voto hacia esta candidata es emocional, de los mayores que vivieron en carne propia el terrorismo y la hiperinflación que su padre combatió. En el lado opuesto, la motivación para el voto anti-Keiko son los delitos contra la democracia y los derechos humanos que Alberto Fujimori cometió y que los jóvenes condenan, con el sentimiento de justicia propio de su edad. 

Y si ni Keiko ni los mayores eran opción aceptable para ellos, no quedó otro candidato elegible de último momento que Verónika Mendoza, a la que probablemente se identifican más por sus 35 años que por el contenido de sus propuestas, relaciones, historia o pasado (que nadie conoce bien aún). Y estos intensos cambios de último momento solo se pueden lograr por las redes sociales, usadas mayoritariamente por los jóvenes. 

Al momento en que se escribe esta columna no es seguro quién entrará a la segunda vuelta con Keiko, pero la edad tendrá un lugar preponderante en la elección. Si pasa Mendoza, además de enfrentar lo negativo que pueda tener su historia, que sus competidores harán sin duda conocer en este segundo tiempo electoral, le tocará convencer a los mayores que su posición no alienta la inestabilidad ni el conflicto social. Si fuera Kuczynski, su tarea será convencer a los jóvenes de que su experiencia es complementaria al idealismo y el cambio que ellos buscan. Y en ambos casos Keiko deberá convencerlos de que el propósito de enmienda que tanto ha proclamado es auténtico. Esperemos.