¿Facultades legislativas? Ja, ja, ja, por Fernando Vivas
¿Facultades legislativas? Ja, ja, ja, por Fernando Vivas
Fernando Vivas

Obstrucción fujimorista y nerviosa carcajada ppkausa. Ese es el pronóstico agorero y simplón para los próximos cinco años. Pero el asunto será más complejo y no necesariamente infeliz.

Primero, superemos ya la candorosa idea de que sin delegación de facultades legislativas no hay gobernabilidad. En cada uno de los temas (seguridad ciudadana, reactivación económica, corrupción e infraestructura) en los que PPK se ha adelantado a hablar de facultades (Zavala anda con más cautela en este asunto) ya existe un marco normativo importante. Tengo mis dudas respecto a si los inminentes ministros tienen claro si su mayor urgencia sea completar y ajustar ese marco, o mejorar la calidad operativa de su gestión sin nuevas leyes de por medio. Que se instalen y respondan rápidamente esa pregunta antes de pedir facultades.

Segundo, Fuerza Popular (FP) no se las va a dar. Así de claro. El silencio sísmico de Keiko no es gratuito. Está viendo cómo convierte su derrota en triunfo parcial. El Congreso no es un premio consuelo; es un tremendo poder que puede permitirle convertir suplan de gobierno en agenda legislativa. Su gran duda debe ser si tiene o no al equipo congresal que le permita llevar a cabo tal pretensión técnica y política. Si no lo tiene, FP podría quedar peor que un simple obstruccionista; sería un rabioso perro del hortelano que ni legisla ni deja legislar. 

La respuesta del fujimorismo –hasta ahora solo hay ambigüedades de voceros– al prematuro pedido ppkausa podría ser una suerte de “te doy facultades legislativas y tú me das ejecutivas”, ja, ja, ja. Dicho en serio: “Lo haremos pero no como tú dices sino como yo digo, legislando juntos”. El Apra ha sugerido esa fórmula, pues algo parecido hicieron cuando eran oposición y Toledo pidió facultades. Pero cuando fueron gobierno, pidieron facultades para legislar en pro del TLC con EE.UU. El ‘baguazo’,por ejemplo, fue hijo de esa delegación y reveló que, sin control político fino ni buena comunicación entre gobierno y Parlamento, el delegar tiene sus bemoles. Lo mismo pasó en este gobierno, cuando se escamotearon polémicas normas sobre la DINI , en medio de unas facultades delegadas en materia de seguridad .

En resumen, no sugiero mandar al diablo los pedidos de facultades. El Ejecutivo tendrá que ser imaginativo  a fin de plantear un acuerdo de poderes para legislar expeditivamente, sin que ello implique un ninguneo del Congreso y sus mecanismos de control. Y FP tendrá que medir sus fuerzas y talentos antes de decir “no así sino asá”. Eso sí, con la inseguridad ciudadana no se pueden jugar. En eso existe consenso de que tiene que salir por un tubo.