¡Hagan política en vez de gimnasia!, por Fernando Vivas
¡Hagan política en vez de gimnasia!, por Fernando Vivas
Fernando Vivas

Necesitan a gritos training político y mediático. Si no tienen tiempo, que sacrifiquen la gimnasia. En lugar de personal trainers, que  comunicólogos y politólogos expliquen, por ejemplo,  a Alfredo Thorne, el costo de su metida de pata. Si creía que hacía un favor a PPK despotricando de Nadine, pues así zanjaba con la acusación de continuismo que pesa sobre el ppkausismo; ¡tenía que calcular que difundir rumores sin pruebas, tendría peores consecuencias!

La ‘revolución social’ proclamada por PPK el 28 de julio necesita un ‘pacto político’ con la oposición. Y el pacto debe ser asumido por el gabinete. El primer ministro Zavala ya lo asumió. El largo debate en pro de su voto de confianza, le hizo notar la falla política de su discurso: no zanjaba con Humala. Y se dejó ayudar por sus ministros políticos. Dicen que Marisol Pérez Tello lo ayudó con contenidos, Jorge Nieto con el texto y a Carlos Basombrío le salió del forro pedirle disculpas a Lourdes Alcorta; lo que fue tomado como parte de esas disculpas genéricas que el fujimorismo esperaba del ppkausismo.

El pacto político del quinquenio no es otra cosa que el paquete de concesiones que el Ejecutivo está dispuesto a hacerle al fujimorismo para que no le haga obsturcción parlamentaria. Y, en menor medida, para que el Frente Amplio no soliviante a la calle (aunque esta, en verdad, se solivianta sola sin esperar a un partido débil que la encauce).

El paquete sugerido por el fujimorismo es más o menos este: asumir algunos de sus proyectos puntuales (por ejemplo, el del ‘IGV justo’ presentado por Miguel Torres), buscar formas paralelas a la delegación de facultades, ahondar las disculpas, judicializar al humalismo (algo así como ‘si quieres ser mi amigo,  persigue a mis enemigos’), no alentar ningún proyecto o personalidad que amenace a Keiko en el 2021 y no montar un operativo para comprar congresistas naranjas tal como Kuczynski dio a entender en una malhadada entrevista.

Lo de las facultades delegadas a cambio de asumir ideas naranjas vamos a verlo pronto en la cancha; lo de la persecución sí tiene sus bemoles, pues no se puede discriminar a funcionarios por el simple hecho de haber trabajado en el gobierno anterior, como reclamaba una macartista Cecilia Chacón. 

Lo más serio del pacto es la inhibición del presidente respecto a la continuidad de su entorno en el 2021. Sobre el 2018 no puede ceder mucho porque cortaría alas al partido que lleva sus siglas y tiene el derecho ganado a conquistar gobiernos locales. Sobre el 2021, apuesto a que veremos al presidente reprimir, con carcajadas, a quienes, con un figurettismo presidenciable, amenacen su tácito pacto político de gobernabilidad. Va a ser divertido.