Fernando Vivas

Su enfrentamiento es tal que friegan a todo lo que se les pone en el camino. Ejemplo, el jueves pasado, las bancadas de y la izquierda conservadora de Perú Libre rechazaron el convenio para la realización de una asamblea de la OEA en octubre, por la obligación de proveer al menos un baño neutro. ¿Ustedes creen que lo hicieron porque se coló esa expresión de ‘ideología de género’ o porque al hacerlo fastidiaban a los que odian tanto?

Mi respuesta es que muchas decisiones controvertidas –el bendito baño, la contrarreforma de la Sunedu, el informe de Alejandro Cavero que recomienda archivar la acusación contra Manuel Merino– se toman no solo por las convicciones propias de quienes toman la decisión, sino por la idea de que así se va a golpear a la izquierda progresista. O sea, no es que el tema moleste tanto a unos, sino que son más las ganas de atacar a otros. Es como el antikeikismo al revés: apruebo cualquier cosa con tal de cerrarle el paso a Keiko.

Lo terrible en esta bronca es que los temas y la gente que están en el medio son víctimas del fuego cruzado. Por eso, los activistas hacen muy mal cuando dejan que un partido o grupo se identifique en demasía con su causa. De esa forma, se echan encima a los opositores de ese partido. La votación en bloque, muy disciplinada, de Fuerza Popular a favor de la ley que debilita a la Sunedu, ¿ustedes creen que solo se debe a que los fujimoristas apoyan a universidades bamba o les place golpear esa reforma emblemática de los caviares que los tienen podridos? Yo creo que es esto último.

El informe de Alejandro Cavero que recomendó archivar la denuncia constitucional contra Merino es de ese calibre. Con el supuesto de que Inti y Bryan son un emblema caviar y Merino es un emblema opuesto, entonces desde la derecha no se podía dar tamaña concesión a la izquierda. Pero, ¿acaso esa juventud encarnada en quienes marcharon en noviembre del 2020 milita toda en el Partido Morado o es caviar por antonomasia? Claro que no, y Cavero pudo tender una mano a ese sector inquieto que está en busca de representación.

A mis amigos activistas LGTB, les digo: “tú no puedes ser de izquierda o derecha, ni fuji ni antifujimorista; en primer lugar, te debes a tu causa y por ella tienes que hacer lobby con todos”. Pero ese no es el razonamiento que pesa en los activismos liberales, ni mucho menos en los partidos. Pesa más la apropiación exclusiva de causas, la convicción de que despreciando un tema desprecio a mi bestia negra. Algo de esto ha pasado también con el proyecto de bicameralidad; no consiguió los 87 votos que hacían falta, en parte, porque lo alentaba la fujimorista Patricia Juárez. ¡Hey, políticos! Antes de atacarse, piensen en quienes pagamos pato por estar en el medio.

Fernando Vivas es columnista, cronista y redactor

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