En mis archivos apareció recientemente un raro mail, que sentí como escrito por algo así como un fantasma. Se los transcribo enseguida.
“A ti, político, empresario o simple ciudadano, que en algún momento estuviste tentado de imitar a personajes corruptos supuestamente exitosos, los muchos escándalos que vemos en estos días te deberían dar al menos las siguientes enseñanzas.
1.- Hoy hay pruebas para todo, cámaras de vigilancia, lista de visitantes, micrófonos, millones de personas con celulares, copias de tus mails y tus llamadas. Todo lo malo que hagas quedará registrado de una u otra forma, tal vez hasta en videos tomados por el mismo corruptor.
2.- Lo malo que hayas hecho antes se sumará a todo lo malo de hoy, y tu culpa será mayor. Así, al acusarte por robar unos millones, se acordarán de esos crímenes que creíste enterrados o de los diplomas que nunca tuviste. Del árbol caído es más fácil hacer leña.
3.- Todas las muchas cosas buenas que hiciste antes, si las hiciste, quedarán tapadas por tus malas acciones, como una capa de pintura espesa sobre todas las anteriores. La historia tiene gratitud corta, y solo guardará lo último que se te conoció.
4.- No te protegerá el poder o la cantidad de dinero que hayas obtenido. Peor aun, cuanto más tengas, más expuesto estarás y más fácil será ponerte en evidencia. No importa si eres el heredero de una gran empresa, o tal vez por ello, te van a atrapar.
5.- No vas a poder gozar de tus ingresos indebidos sin riesgo, pues hoy todos tus gastos se pueden conocer. Y cuanto más dinero indebido tengas, más difícil será explicar su origen. No podrás comprarte la casa que querías o la oficina que te apetecía, sin que eso te delate.
6.- Si recurres a testaferros, deberás cuidarte de ellos más que de cualquiera. Porque son los que más ganan si tú caes en desgracia, y los que más pierden si no colaboran en acusarte. No importa si son tu familia o amigos de siempre, el origen sucio de tu riqueza los autoriza a traicionarte.
7.- Poco importan tus amigos y contactos en los medios de comunicación, porque hoy cada ciudadano es investigador y periodista. Un tuit o un mensaje en Facebook, firmado o anónimo, puede mostrar tu mal comportamiento a millones de personas. Ten por seguro que en algún momento ocurrirá.
En fin, si eres gobernador, alcalde, funcionario, empresario o ciudadano que tiene tentaciones dolosas, evítalas. Y si ya te estás portando mal, tienes dos opciones: a) dejar de actuar así, para evitarte los problemas señalados arriba; o b) continuar, y convertirte pronto en un ejemplo más de que la corrupción, al menos hoy, ya no es buen negocio. En ambos casos le serás útil a la sociedad”.
El mail no tenía firma.