Hace pocos días, conversando con gente del MEF muy cercana a María Antonieta Alva, me comentaban que la pandemia le ha dado una gran lección a la ministra: que en el Perú la competencia funciona muy, pero muy, mal. Y que la gente sentiría en el alma y en el bolsillo que algo se haga al respecto.
Cito a ‘Toni’ Alva no solo porque encarna a un Gobierno que puede y debe hacer ese ‘algo al respecto’, sino porque es una liberal que no cree que el control de precios sea una solución. En eso coincido: poner topes a lo bruto al empresariado es puro efectismo congresal que crearía más distorsiones y escapes a la norma. Sería un remedio ineficaz contra un virus endémico.
Lo que necesitamos es defender al consumidor y, a la vez, defender las reglas de la buena competencia, con algunas normas que faltan, pero, sobre todo, con operativos que pongan en vereda a los faltosos y que reparen los daños. El mercantilismo y el abuso empresarial se han instalado en muchas áreas del mercado y es parte de la resignación nacional asumir la fatalidad de precios altos y concertados en rubros claves, como el de medicamentos.
Las góndolas del supermercado suelen susurrar tonadas de concertación de décadas, pero el Indecopi (Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual) hace laboriosas investigaciones de casos y momentos puntuales, y sentencia años después con multas elevadas que no van al bolsillo del consumidor esquilmado. Para colmo, ni siquiera se conjura la posibilidad de que se vuelva a concertar lo mismo.
En realidad, Indecopi no está ni se porta a la altura de tan gran tarea. No tiene iniciativas normativas, como me quedó demostrado hace poco, cuando llamé para indagar qué se podía hacer contra el abuso de muchos negocios de cobrar el 5% adicional a quien pague con tarjeta. Ese atentado contra la formalidad y la inclusión financiera es delito o falta en muchos países, pero acá está permitido con la única condición de que el vendedor informe al cliente de que le va a cobrar un plus.
Indecopi debe ser objeto de una reforma y un refuerzo urgente, para lidiar contra dolorosos abusos como los que hemos visto en el comercio de medicamentos. La información es una valiosa aliada de la defensa del consumidor y es otro aspecto en el que falta fortalecernos: por ejemplo, el Observatorio de Productos Farmaceúticos del Minsa está desactualizado y obsoleto.
La contracción, el desempleo y la pobreza a la que han resbalado en estas semanas cientos de miles de peruanos que estaban en la clase media, agradecerán de todo corazón al Gobierno, a sus autoridades locales y a los congresistas –¡estos son estupendos temas para ustedes!– que protejan al mercado de sí mismo.