Del niño Goyito a los ‘low-cost’, por Rolando Arellano
Del niño Goyito a los ‘low-cost’, por Rolando Arellano
Rolando Arellano C.

La llegada al Perú de los vuelos de bajo precio, o ‘’, está causando revuelo en el público y en los competidores, porque constituiría un cambio fundamental en la industria del transporte. La realidad es que este evento es la continuación de un proceso de cambios que nos llevan hasta el cuento del viaje del niño Goyito (“Un viaje”, 1840), en el que don Felipe Pardo y Aliaga hace una sátira de los preparativos del viaje por barco de don Gregorio a Chile, que incluyeron la preparación de “estampitas, botiquín, vinagre de los cuatro ladrones para el mareo, chaqueta y pantalón para los días templados, y otras para los días calurosos”. Y luego procesión, banquetes de despedida y llantos al abordaje.

Con variantes, esos rituales continuaron hasta hace algunos años, con cenas de despedida para los viajeros, se subía al avión con ropa formal y se recibían tragos a discreción y comida con mantel. Posteriormente aparecieron categorías de primera clase y turista, y después business, premium business, turista preferente y muchas otras. Hoy, mientras en primera clase se recibe un trato similar al de 1960, otros viajeros deben pagar por la gaseosa o el sándwich que desean.

Continuando con ese proceso llegan las aerolíneas de bajo precio, aviones con comodidad mínima y ningún servicio gratuito más allá de la función básica de transporte, ni siquiera llevar maletas. ¿Ellas harán desaparecer a las líneas tradicionales? Difícilmente, pues los ticos no hacen desaparecer a los toyotas y mercedes, pero sí les crean una competencia que los hace revisar sus estrategias de precios y calidad. Y no las atacan solo a ellas, pues los ‘low cost’ también competirán con los buses, que hace unos años empezaron a ir en el sentido inverso, mejorando el servicio con terramozas, comida, películas y velocidad controlada.

¿Hacia dónde va la industria? Sin duda hacia mayor simplicidad, aunque sin llegar al extremo de algunos ‘low cost’ europeos que recientemente solicitaron permisos, felizmente denegados, para llevar parados (sí, de pie) a los pasajeros en vuelos cortos. Y quizás algunas aerolíneas se orientarán más bien a transformar la experiencia de vuelo, haciéndola agradable y valiosa en sí misma, como hicieron los cines frente a la amenaza del cable y el video. Habrá para todos los gustos y bolsillos.

Pero, como lo vemos en nuestras consultorías para diversas industrias, lo seguro es que seguirán apareciendo nuevos competidores y amenazas para las que hay que prepararse. Una de ellas por ejemplo será, para las aerolíneas, la realidad virtual, que puede juntar para conferencias o negocios a cientos de personas, sin moverlas de su sitio. Muchos cambios desde el viaje del niño Goyito.