Me robo el término de Silvio Rendón, amigo del Gobierno, con el que mantengo un diálogo eventual y provechoso. Los ‘adelantistas’ son, sin rodeos, los que prefieren el adelanto de elecciones generales a la vacancia y a la continuación de un gobierno débil e insostenible. No es una ideología gruesa, delgada, huésped o anfitriona, como se suele calificar al populismo. Es, simplemente, una actitud concertadora, realista y práctica.
“¿Realista y práctica?”, me espetarán muchos de ustedes, hará una mueca el almirante Jorge Montoya y otra Nano Guerra García. El adelanto implica una reforma constitucional aprobada en dos legislaturas, que pueden ser rápidas, pero el proceso toma unas semanas. Si no se aprueba con dos tercios de votos, tendría que ir a un referéndum, como la reforma política de la bicameralidad que se ha enfriado por esa razón. La vacancia toma diez días una vez que se aprueba la moción.
Pero no hay votos suficientes para vacar, pues. He indagado en las bancadas indecisas, aquellas que son el fiel de la balanza, como Integridad y Desarrollo y Cambio Democrático-JP, y he encontrado posiciones divididas. Es impredecible si en Perú Libre, el Bloque Magisterial, Perú Bicentenario y Perú Democrático se sumarán votos a la tercera moción de vacancia que el autodenominado ‘bloque democrático’ está preparando. Es también impredecible si algunos votos que el ‘bloque’ considera seguros realmente lo están y no migrarán o les dará COVID-19 en la hora crucial.
Pero esto va más allá del conteo de votos. El Congreso ha descendido a un 8% de aprobación mientras que Pedro Castillo ha ascendido a un 29%, según la última encuesta del IEP; y ello complica la reunión de votos y la legitimidad para vacar. Al contrario, el adelanto cuenta con más votos (hasta hay un proyecto de un oficialista como el maestro Pasión Dávila) y le daría a la gran mayoría de quienes desaprueban al Congreso (entre los que podemos presumir que una buena parte cree que la oposición quiere vacar a Castillo y solo convocar elecciones presidenciales) un mensaje tranquilizador y concertador.
Guerra García, presidente de la Comisión de Constitución, se mostró reacio a discutir el proyecto de adelanto de Digna Calle (Podemos Perú), acumulado con otros. Keiko Fujimori, la lideresa de su partido, ha declarado que ahora el partido sí piensa que se debe evaluar el adelanto. Es un giro realista de Fuerza Popular que tendrá que ser compartido por sus aliados vacadores. No le queda otra a la oposición: abrazar la propuesta ‘adelantista’ que incluye un mensaje tranquilizador a la mayoría de la población anticongresal y –ojo– no excluye la posibilidad de emprender un proceso de vacancia en cualquier momento. ‘Adelantistas’ y vacadores, uníos.