Estoy arrebatado como todos ustedes. Hemos sido engañados los que no votamos por Castillo y los que votaron por él esperando un gobierno responsable. Pero la salida a la crisis no será desde el arrebato extremista –¡bastante con el de izquierda que tenemos en el gobierno y con el de derecha que quiso desconocer las elecciones y solo logró hacernos perder tiempo!–, sino desde el centro.
En buena hora, el centro, que había sido muy magullado en la primera vuelta, se ha hecho de la conducción de la Mesa Directiva del Congreso en las bancadas de AP y APP. Desde ahí puede conducir, o al menos mediar, en el debate parlamentario para conciliar la mejor manera de enfrentar al gobierno: si esperar estoicamente la presentación de Bellido para negarle la investidura sin mayor sorpresa; si concedérsela para evitar el fantasma de la disolución y dejar que el Gabinete implosione solo; si presionar y fiscalizar implacablemente al gobierno para que Castillo cambie a Bellido antes de la investidura y lo reemplace por una figura pacífica.
Esa última sería una concertación precaria (como lo fue la de Vizcarra con Fuerza Popular al inicio en el 2018 o la de Sagasti con la coalición que votó por él para suceder a Merino en el 2020), pero nos ordenaría por un tiempo. No quiero engañarme ni autocensurarme evitando hablar de vacancia. El fantasma vacador está firmemente instalado en el Congreso en varias curules que irán contagiando a otras.
Frente a la vacancia, Castillo invoca a los sabores y olores populares. Sin embargo, ese pueblo que votó por él en raspante mayoría simple ha vuelto a fragmentarse de acuerdo a sus intereses y problemas, y no van a respaldarlo con la contundencia que el pueblo boliviano respaldó a Evo, pues. Debiera saberlo él mismo que, a través del ministro de Trabajo, Iber Maraví, ha autorizado el reconocimiento del Fenate, un sindicato magisterial rival del Sutep. Con gestos como este, Patria Roja, el partido hegemónico en el Sutep, se pone contra Castillo; como quizá se pongan otros partidos de izquierda que hoy comparten el precario Gabinete (Nuevo Perú, JPP, Runa y Frente Amplio). Bellido ha resuelto, aparentemente, un conflicto en Las Bambas; ayudaría a resolver un drama nacional si se va.
Tan improvisado, irresponsable y chapucero es lo que hemos visto en apenas 6 días, que lo mejor que se podría esperar es que los ministros radicales dejen en paz a Francke en el MEF, salga Bellido y se ‘descerronice’ el Gabinete. Pero para eso, Castillo tendría que romper su alianza y recomponerla con el grupo de Verónika Mendoza e independientes. Hasta ahora lo sabemos incapaz de tantas cosas, que no vemos señales de ese viraje. Las únicas señales las ha enviado Dina Boluarte, pero ese es otro capítulo. Estemos muy atentos.
Contenido sugerido
Contenido GEC