Prensa en campaña, por Marco Sifuentes
Prensa en campaña, por Marco Sifuentes
Marco Sifuentes

Como de costumbre, tras la campaña electoral llegan las evaluaciones. A mí me interesan las del gremio periodístico. Para empezar viendo el vaso medio lleno, habría que destacar que el nivel no descendió a ese sótano que fueron las elecciones del 2011 ni, mucho menos, al abismo nauseabundo de la prensa comprada por el SIN en los 90. 

A diferencia de la campaña anterior, en la que, salvo honrosas excepciones, la mayoría de medios se la jugó por Keiko Fujimori, esta vez la cosa estuvo balanceada. Si bien teníamos a los principales diarios y periodistas claramente a favor de PPK, en la otra orilla se alineaban las principales (las únicas) radios noticiosas nacionales y toda una corte de ‘analistas independientes’ que desfilaba por diversos canales de señal abierta y de cable, dándose, ya en la última semana, situaciones tan absurdas como que los dos invitados para “debatir” se encontraban, mira tú, qué casualidad, del mismo lado. 

Era curioso, además, que quienes se encontraban en una posición claramente en contra de la candidatura de Fujimori lo transparentaban y explicitaban. En cambio, quienes evidentemente –y desde mucho antes– estaban a su favor lo hacían bajo el manto de la “imparcialidad”. Alguno de ellos, después de la derrota, ha llegado a decir que votó viciado. Ya pues. Ni Kenji.

Esto viene a cuento no por la infantil cantaleta fujimorista del pedido de disculpas, sino por algo mucho más interesante: la polémica alrededor del Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa. El detonante ha sido un fallo, a todas luces absurdo, en el que sanciona a “Perú 21” por cubrir información de interés público (alrededor del gobernador del Callao, Félix Moreno). La resolución ha servido para que Moreno entable una demanda contra los periodistas de ese diario.

Sin embargo, a riesgo de decir una perogrullada, hay que enfatizar que la inexplicable sentencia no debería servir para debilitar este tribunal. Su existencia, la de su símil en la Sociedad Nacional de Radio y Televisión, e iniciativas como la del mismo “Perú 21” con su defensor del Lector son, todas, cada vez más necesarias. 

Vivimos en un mundo en el que, como demostraron estas elecciones, cualquier persona puede difundir, con éxito, una información abiertamente falsa y desestabilizadora (como la reconocida ‘fujitroll’ que grabó el famoso audio del “golpe” que iba a dar Humala en la primera vuelta). En ese mundo, las exigencias a nuestra labor son mayores. Y, lo siento, la única forma de asegurarnos que exista cierto nivel es que los lectores, radioescuchas y televidentes tengan un mecanismo de queja. Uno más efectivo, más expeditivo y menos parcializado que nuestro Poder Judicial. Y ese mecanismo de queja tiene que venir de los propios medios, sino, la gente no estará dispuesta a defenderlos cuando, dentro de cinco años, la amenaza autoritaria vuelva a asomarse.