La congresista Luciana León ha propuesto corregir los excesos de la prisión preventiva con un cambio normativo. La verdad, sin embargo, es que ni la prisión preventiva se ha disparado (los reos sin acusación pasaron del 58% al 39% en los últimos 7 años) ni la actual ley es el origen de los despropósitos judiciales que ha habido. Hay varios factores no relacionados con las leyes ni su interpretación que afectan el cerebro de los jueces. Y hay que empezar a considerarlos.
Si me canso, condeno. ¿Sabías que existe un 65% de probabilidades de que un juez otorgue una sentencia favorable en juicios llevados a cabo a primera hora del día o después de almuerzo, y que esa probabilidad llega casi al 0% conforme avanzan las horas y los jueces se cansan? Esto fue lo que se encontró en un experimento hecho el 2009 en Israel con 1.000 sentencias de 8 jueces (Danziger et. al., 2011). Es obvio que resulta clave administrar mejor la carga procesal.
El juicio mediático. Un estudio en Estados Unidos, por ejemplo, llega a la conclusión de que los jueces supremos, a quienes preocupa mucho su reputación, siempre toman en cuenta a la opinión pública. En los casos no mediáticos, tienden a alinearse más con la opinión pública mayoritaria. Mientras en los casos mediáticos, sopesan más sus convicciones ideológicas y/o legales, a fin de no exponer su capital reputacional (Casillas, 2011). ¿Habrá influido el cargamontón mediático local en la revocación que hizo la segunda instancia de la prisión preventiva dictada a PPK?
‘Saben dónde vivo’. Al PNP Elvis Miranda se le tuvo que revocar la injusta prisión preventiva dictada en su contra (ver, “Presunción de culpabilidad”), en una localidad distinta a la suya, lejos de las amenazas de los amigos y familiares del delincuente. ¿Podríamos empezar a juzgar a los imputados fuera de sus localidades?
No hay cárceles. Según fuentes confiables, los funcionarios del INPE se han comunicado con los propios jueces para pedirles no enviar más reos a las cárceles, dada la tugurización que se vive en estas. Algo que sin duda impacta sus decisiones.
No rindo cuentas. En la web del Poder Judicial, hay información sobre muy pocos jueces, y las sentencias no están colgadas en un formato que permita analizarlas bajo sistemas automatizados. Así, es muy difícil saber cuáles han sido las posiciones adoptadas por los principales jueces del país en temas claves, a fin de obtener un perfil y exigir coherencia desde la sociedad civil en los futuros fallos.
Me parece bien que José Luis Lecaros, presidente del Poder Judicial, salga a defender la independencia de este poder del Estado, pero necesitamos que empiece a liderar –desde ya– una reforma judicial que trabaje sobre los incentivos que afectan el trabajo de los jueces. El Poder Judicial debe empezar a buscar soluciones a problemas que no necesariamente están en las leyes que aplican.